El sábado pasado, Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, presentaron oficialmente sus listas para competir por la presidencia del Partido Justicialista (PJ) Nacional. Los comicios se celebrarán el 17 de noviembre, con un plazo hasta mañana para impugnaciones, y el viernes se oficializarán las candidaturas. La lista encabezada por Cristina, bajo el nombre "Primero la Patria", incluye a José Mayans como vicepresidente primero, Lucía Corpacci como vicepresidenta segunda, Germán Martínez como tercero, Mariel Fernández como cuarta y Ricardo Pignanelli como quinto. Entre los consejeros destacados se encuentran figuras como Vanesa Siley, Wado de Pedro, Fernanda Raverta, y Agustín Rossi, entre otros.
Por su parte, la lista "Federales, un grito de corazón", liderada por Ricardo Quintela, cuenta con Magda Ayala, Alberto Rodríguez Saá y otros importantes dirigentes como candidatos a las vicepresidencias. Entre sus consejeros están Carlos Caserio, Victoria Tolosa Paz y Jorge Ezequiel Moreno.
En el marco de la competencia interna, Cristina expresó su malestar por la falta de definiciones dentro del peronismo, refiriéndose a ciertos actores que no se han posicionado con claridad en la interna del partido. En contraste, Quintela abogó por una renovación en la conducción del partido y señaló la importancia de incluir a las nuevas generaciones, criticando la falta de participación.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, ha llamado a la unidad del peronismo y se ha mostrado reticente a fomentar conflictos internos. Kicillof afirmó que su compromiso es con la lucha contra las políticas de Milei, rechazando las divisiones internas dentro del PJ.
El presidente Javier Milei no dejó pasar la oportunidad para criticar a la expresidenta, comentando en tono desafiante que le gustaría "poner el último clavo en el cajón del kirchnerismo". Estas declaraciones generaron respuestas de dirigentes como Germán Martínez y Leopoldo Moreau, quienes alertaron sobre el riesgo que estas expresiones suponen para la democracia y denunciaron una incitación a la violencia.
En otro plano, Milei también se diferenció de su vicepresidenta, Victoria Villarruel, al no estar de acuerdo con su homenaje a María Estela Martínez de Perón en el Senado, argumentando que su Gobierno y las políticas que implementó no representan un modelo a seguir.