Murió "El Hache" Alonso, uno de los barras más temidos que sentía orgullo de ser delincuente

#AhoraMisiones La primera vez que hablé con Ángel Omar Alonso (49) me amenazó de muerte. La segunda me pidió disculpas tantas veces al punto de llegar a incomodarme. Estaba enojado, sacado, furioso. Había encontrado varias llamadas perdidas de un número desconocido en el teléfono de la que en ese momento era su novia. Estaba seguro qué había descubierto a un amante. Cuando finalmente entendió que el que llamaba insistentemente era de un periodista que buscaba entrevistarla cambió radicalmente de opinión y enseguida se ofreció a contar su historia, en uno de los pocos reportajes que aceptó en su vida.  Así era "El Hache": frontal y leal con los amigos; peligroso y vengativo con los enemigos.

Desde este miércoles 20 de abril el legendario jefe de la barra brava de Estudiantes es historia: falleció en el Hospital Rossi de La Plata, donde hacía cerca de dos meses estaba internado por una infección intestinal. Pocos meses antes se lo había visto abatido por el asesinato de su hijo, "El Pipi" Alonso, en medio de una toma de terrenos en Los Hornos.

“El Hache” era un hombre de armas llevar con un extenso prontuario delictivo que lo llevó a ganarse el mote de "irrecuperable". Tenía varias cicatrices e impactos de balas en su cuerpo. En marzo de 1995, Pablo Prado, otro histórico barra de Estudiantes de La Plata con el que mantuvo un fuerte enfrentamiento por el control de la barra en los años 90, le pegó cinco tiros en el pasillo del micro que los trasladaba a Tucumán. Lo creyeron muerto. Pero “El Hache” sobrevivió. Y al poco tiempo empezó a planear la venganza.

Dos meses más tarde salió a buscar a Prado. Estaba decidido a matarlo. Lo esperó en un kiosco y apenas lo vio comenzó a disparar. Prado salió ileso, pero Carlos Benini, un taxista que nada tenía que ver con la interna de la barra, fue asesinado.

El Hache fue condenado a catorce años de prisión. En 2001 salió con libertad condicional. Tres años más tarde volvió a caer detenido por tenencia de drogas,sumando un año y tres meses más de prisión a la pena anterior. Para el año 2009 estaba libre otra vez y con ganas de recuperar el liderazgo perdido en la barra.

En abril de 2010 lo acusaron por el homicidio de un policía en la estación de trenes platense, aunque meses después terminó sobreseído. Al poco tiempo fue tapa del Diario PERFIL. Lo entrevistamos con Paulina Maldonado en Puerto Madero. Estaba armando la barra brava de la selección argentina. Decía que había tejido alianzas con varios pesados de River y Boca.

“Me subí a un auto y lo dejé en una villa. En un pasillo me subí a otro y fui hasta la estación para que nadie me siguiera”, explicó aquella vez sentado en el coqueto “Itamae Sushi”, el local que él mismo eligió para contar su historia de vida.  Ya temía que alguien pudiera matarlo.

Aquella noche pidió tres porciones de empanadillas orientales, una cerveza bien fría y recién después aceptó responder preguntas. Sobre la barra de la selección, por ejemplo, recordó que se le ocurrió estando en la cárcel. "Estaba tomando mate con un amigo y le dije: 'Tengo contactos con mucha gente, y voy a armar una barra oficial de la selección'. Y lo hice. Es toda gente de la cárcel, de La Matanza, San Martín y los de Lomas de Zamora, que son de Boca. En Estudiantes yo soy el poder. De los grupos de choque el más fuerte soy yo. Porque no junto pibes de 15 años, yo junto a todos asesinos como yo".



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