#AhoraMisiones El 6 de febrero de 1958, en Munich, Alemania Occidental, un avión de British European Airways se estrellaba provocando la muerte de gran parte del plantel del Manchester United. Luego de disputar el partido los cuartos de final de la Copa de Europa ante el Estrella Roja de Belgrado de Yugoslavia donde había conseguido la clasificación para enfrentar en semifinales al AC Milan, el plantel del Manchester United enfrentaba un relajado regreso a Inglaterra. El vuelo 609 de la British European Airways partió del aeropuerto de Belgrado hacia Manchester con una escala programada en Munich para reabastecerse. Luego de un par de horas en el aeropuerto Munich-Riem y pese a las malas condiciones climáticas, un viento helado no permitía que se derritiera el hielo de la pista, el capitán James Thain se dispuso a partir rumbo a Manchester.
En el primer intento los motores del confiable Airspeed Ambassador no lograban la potencia necesaria y abortaron el despegue, un segundo intento presentó los mismos problemas, el capitán se comunicó con la torre que le confirmó que la pista estaba en condiciones por lo que la falta de potencia se debía a una falla de la aeronave. Decidieron hacer un último intento, la tensión en la cabina pareció disiparse cuando los motores mostraron la potencia necesaria para iniciar el vuelo, pero solo fue una ilusión. El avión alcanzó el final de la pista sin haber podido elevarse lo suficiente para evitar chocar contra una construcción abandonada en el predio del aeropuerto. En el accidente murieron 8 jugadores, 4 asistentes del club, 8 periodistas, el copiloto, un miembro de la tripulación, un agente de viajes y un aficionado.
El capitán James Thain fue inmediatamente señalado como el responsable de la tragedia, las autoridades del aeropuerto lo inculparon y la opinión pública lo crucificó. Regresó a Inglaterra como un villano, por su impericia se había perdido una generación del futbol inglés, su vida como piloto había terminado, fue despedido por la British European Airways y debió jubilarse anticipadamente con un salario miserable. Thain no se cansaba de pregonar su inocencia, sin embargo el juicio se demoró 10 años en llegar a un veredicto. Se determinó que las causas fueron la nieve acumulada en las alas del Airspeed Ambassador, que los técnicos de plataforma no retiraron y el estado de la pista que acumulaba una gruesa capa de nieve que impedía que la aeronave llegara a una aceptable velocidad para despegar. Las autoridades de Munich-Rien fueron declarados culpables y James Thain fue exonerado, muy tarde, su carrera como piloto ya estaba acabada.
En el primer intento los motores del confiable Airspeed Ambassador no lograban la potencia necesaria y abortaron el despegue, un segundo intento presentó los mismos problemas, el capitán se comunicó con la torre que le confirmó que la pista estaba en condiciones por lo que la falta de potencia se debía a una falla de la aeronave. Decidieron hacer un último intento, la tensión en la cabina pareció disiparse cuando los motores mostraron la potencia necesaria para iniciar el vuelo, pero solo fue una ilusión. El avión alcanzó el final de la pista sin haber podido elevarse lo suficiente para evitar chocar contra una construcción abandonada en el predio del aeropuerto. En el accidente murieron 8 jugadores, 4 asistentes del club, 8 periodistas, el copiloto, un miembro de la tripulación, un agente de viajes y un aficionado.
El capitán James Thain fue inmediatamente señalado como el responsable de la tragedia, las autoridades del aeropuerto lo inculparon y la opinión pública lo crucificó. Regresó a Inglaterra como un villano, por su impericia se había perdido una generación del futbol inglés, su vida como piloto había terminado, fue despedido por la British European Airways y debió jubilarse anticipadamente con un salario miserable. Thain no se cansaba de pregonar su inocencia, sin embargo el juicio se demoró 10 años en llegar a un veredicto. Se determinó que las causas fueron la nieve acumulada en las alas del Airspeed Ambassador, que los técnicos de plataforma no retiraron y el estado de la pista que acumulaba una gruesa capa de nieve que impedía que la aeronave llegara a una aceptable velocidad para despegar. Las autoridades de Munich-Rien fueron declarados culpables y James Thain fue exonerado, muy tarde, su carrera como piloto ya estaba acabada.
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