#AhoraNoticias: Richard Harris, cuya presencia fue específicamente requerida por los equipos locales, fue el último en evacuar el complejo de túneles. La alegría por el éxito le duró poco
Un médico australiano experto en buceo que fue clave en las misiones de rescate de los niños atrapados en una cueva de Tailandia fue reconocido durante los últimos días como un héroe por la prensa de su país y también desde otras partes del mundo, pero la súbita fama quedó de lado cuando recibió una dolorosa noticia.
Según los reportes locales, Richard Harris fue el último de los rescatistas en salir del complejo de túneles y cuevas, una vez completada la operación que evacuó exitosamente a los 12 niños y su entrenador.
"Harry", como es llamado, incluso había cancelado unas vacaciones y viajó inmediatamente cuando su presencia fue requerida. Su sacrificio y trabajo lo llenó de agradecimientos, pero la tragedia no le fue ajena: cuando finalmente salió a la superficie, se enteró de que su propio padre había fallecido.
El dolor fue aún mayor por lo sorpresivo del deceso, ya que cuando Harris partió a Tailandia su progenitor no presentaba una enfermedad que pusiera en riesgo su vida.
"Es con gran dolor que confirmo que el padre de Harry murió anoche, poco después de la exitosa misión de rescate", indicó Andrew Pearce, jefe de servicios clínicos de la organización en la que trabaja el experto.
"Hablé con Harry. Claramente, es un tiempo de duelo para su familia, magnificada por las demandas físicas y emocionales que conlleva ser parte de una operación compleja de rescate", agregó.
Los medios de su país habían destacado en los últimos días el sacrificio del médico. Harris, un anestesista especialista en buceo, fue quien aprobó la evacuación y decidió el sorpresivo orden de la misma, que empezó primero por aquellos menores que estaban en mejores condiciones.
La Asociación Médica Australiana lo describió como "un increíble doctor y humano", pero él negaba cualquier estatus especial. "Los héroes en esto son los niños y los cuatro Navy SEALS de Tailandia que los estaban cuidando", le respondió al primer ministro Malcolm Turnbull en una charla telefónica.
Un médico australiano experto en buceo que fue clave en las misiones de rescate de los niños atrapados en una cueva de Tailandia fue reconocido durante los últimos días como un héroe por la prensa de su país y también desde otras partes del mundo, pero la súbita fama quedó de lado cuando recibió una dolorosa noticia.
Según los reportes locales, Richard Harris fue el último de los rescatistas en salir del complejo de túneles y cuevas, una vez completada la operación que evacuó exitosamente a los 12 niños y su entrenador.
"Harry", como es llamado, incluso había cancelado unas vacaciones y viajó inmediatamente cuando su presencia fue requerida. Su sacrificio y trabajo lo llenó de agradecimientos, pero la tragedia no le fue ajena: cuando finalmente salió a la superficie, se enteró de que su propio padre había fallecido.
El dolor fue aún mayor por lo sorpresivo del deceso, ya que cuando Harris partió a Tailandia su progenitor no presentaba una enfermedad que pusiera en riesgo su vida.
"Es con gran dolor que confirmo que el padre de Harry murió anoche, poco después de la exitosa misión de rescate", indicó Andrew Pearce, jefe de servicios clínicos de la organización en la que trabaja el experto.
"Hablé con Harry. Claramente, es un tiempo de duelo para su familia, magnificada por las demandas físicas y emocionales que conlleva ser parte de una operación compleja de rescate", agregó.
Los medios de su país habían destacado en los últimos días el sacrificio del médico. Harris, un anestesista especialista en buceo, fue quien aprobó la evacuación y decidió el sorpresivo orden de la misma, que empezó primero por aquellos menores que estaban en mejores condiciones.
La Asociación Médica Australiana lo describió como "un increíble doctor y humano", pero él negaba cualquier estatus especial. "Los héroes en esto son los niños y los cuatro Navy SEALS de Tailandia que los estaban cuidando", le respondió al primer ministro Malcolm Turnbull en una charla telefónica.
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