En el barrio Ibiray, de la localidad correntina de Itatí, Gendarmería Nacional Argentina (GNA) halló nuevamente ocultos entre malezas, próximo a la costa del río Paraná, varios bultos de grandes dimensiones que contenían marihuana.
Los 22 paquetes estaban envueltos en bolsa de nylon color negro, característicos a los utilizados para el transporte de estupefaciente.
Fue entonces que personal del Escuadrón 48 de GNA realizó rastrillajes por la zona para dar con los supuestos narcos.
Sin embargo fue en vano, porque no había personas en las inmediaciones.
Los gendarmes procedieron al traslado del cargamento hacia la Unidad. Allí se efectuó la apertura de los paquetes ante testigos. Se contabilizó un total de 404 “ladrillos” de marihuana, con un peso que arrojó 596,921 kilogramos de cannabis sativa.
Intervinieron la Fiscalía Federal y el Juzgado Federal de Corrientes, que dispusieron el secuestro de la sustancia.
Cabe señalar que los uniformados contaban con la información que en la zona, sobre la costa itateña, iba a producirse un nuevo intercambio de estupefaciente. Fue entonces que dispusieron patrullajes por el lugar, tanto en el río como en tierra.
Si bien no se logró divisar a los narcos, la mercadería fue secuestrada y no llegó a su fin como se tendría previsto.
Según contó una fuente cercana al caso, la droga iba a ser comercializada.
Fuente: diario Época
Los 22 paquetes estaban envueltos en bolsa de nylon color negro, característicos a los utilizados para el transporte de estupefaciente.
Fue entonces que personal del Escuadrón 48 de GNA realizó rastrillajes por la zona para dar con los supuestos narcos.
Sin embargo fue en vano, porque no había personas en las inmediaciones.
Los gendarmes procedieron al traslado del cargamento hacia la Unidad. Allí se efectuó la apertura de los paquetes ante testigos. Se contabilizó un total de 404 “ladrillos” de marihuana, con un peso que arrojó 596,921 kilogramos de cannabis sativa.
Intervinieron la Fiscalía Federal y el Juzgado Federal de Corrientes, que dispusieron el secuestro de la sustancia.
Cabe señalar que los uniformados contaban con la información que en la zona, sobre la costa itateña, iba a producirse un nuevo intercambio de estupefaciente. Fue entonces que dispusieron patrullajes por el lugar, tanto en el río como en tierra.
Si bien no se logró divisar a los narcos, la mercadería fue secuestrada y no llegó a su fin como se tendría previsto.
Según contó una fuente cercana al caso, la droga iba a ser comercializada.
Fuente: diario Época
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