El gobierno de España comenzó este lunes el traspaso de poder tomando como prioridad las "consellerias" de Interior, Hacienda, Fomento y Energía. No se sabe si alguno de los sancionados entrará en rebeldía. Aún no se ha presentado el presidente Carles Puigdemont aunque el mandatario publicó una enigmática foto en las redes sociales
La crisis independentista en Cataluña inició este lunes una nueva etapa de incertidumbre mientras el gobierno español se aprestaba a tomar el control de la Generalitat y esperaba la reacción del presidente destituido Carles Puigdemont y su gabinete, que deberán abandonar sus despachos.
Invocando el artículo 155 de la Constitución que le permite suspender la autonomía catalana, el jefe del Gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, adoptó el viernes una serie de medidas para el traspaso de poder en ese territorio del noreste de España, que tiene un tamaño comparable al de Bélgica.
Según reportó El Periódico, la prioridad de Madrid es tomar el control este lunes de las "consellerias" (ministerios) de Interior, Hacienda, Fomento y Energía de Cataluña.
El Secretario de Estado para las Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro, será el encargado de supervisar el traspaso de poder, enviado por la vicepresidenta de España Soraya Sáenz de Santamaría, a su vez designada por Rajoy como interventora en la región autónoma.
Se esperaba que los diferentes "consellers" catalanes se aproximaran a sus oficinas a recoger sus efectos personales, ante lo cual las autoridades españolas señalaron que se manejarán con "prudencia y naturalidad".
Al respecto los Mossos d'Esquadra, la fuerza policial local cuyo jefe también fue destituido, custodiaban el Palacio de Gobierno y acompañaban, por orden del ministro del Interior español Juan Ignacio Zoido, a cada "conseller" que ingresaba a retirar sus objetos. Si en esta situación el funcionario decidiera entrar en rebeldía, el agente policial lo trasladará a la fiscalía.
La crisis independentista en Cataluña inició este lunes una nueva etapa de incertidumbre mientras el gobierno español se aprestaba a tomar el control de la Generalitat y esperaba la reacción del presidente destituido Carles Puigdemont y su gabinete, que deberán abandonar sus despachos.
Invocando el artículo 155 de la Constitución que le permite suspender la autonomía catalana, el jefe del Gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, adoptó el viernes una serie de medidas para el traspaso de poder en ese territorio del noreste de España, que tiene un tamaño comparable al de Bélgica.
Según reportó El Periódico, la prioridad de Madrid es tomar el control este lunes de las "consellerias" (ministerios) de Interior, Hacienda, Fomento y Energía de Cataluña.
El Secretario de Estado para las Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro, será el encargado de supervisar el traspaso de poder, enviado por la vicepresidenta de España Soraya Sáenz de Santamaría, a su vez designada por Rajoy como interventora en la región autónoma.
Se esperaba que los diferentes "consellers" catalanes se aproximaran a sus oficinas a recoger sus efectos personales, ante lo cual las autoridades españolas señalaron que se manejarán con "prudencia y naturalidad".
Al respecto los Mossos d'Esquadra, la fuerza policial local cuyo jefe también fue destituido, custodiaban el Palacio de Gobierno y acompañaban, por orden del ministro del Interior español Juan Ignacio Zoido, a cada "conseller" que ingresaba a retirar sus objetos. Si en esta situación el funcionario decidiera entrar en rebeldía, el agente policial lo trasladará a la fiscalía.
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