Mauricio Macri instruyó a la brigada de los emprendedores más prolijos del Congreso que lo saquen del laberinto indoamericano. Federico Pinedo y Fernando Sánchez se concentraron en el fin de semana para elaborar la nueva doctrina de Cambiemos sobre los aborígenes que el oficialismo quiere llevar esta semana al Congreso. Mortifica al presidente que choquen señales contrarias sobre su suerte. Los indicadores de la gestión económica saludan algún crecimiento, las encuestas electorales prometen un final cantado y a favor.
Pero sus funcionarios parecen arrinconados por ese torneo de destrezas a que lo someten los influencers - periodistas, animadores, infotainers, opositores de todos los colores, hasta algunos amarillentos - por la manera de enfrentar el caso Maldonado. Los pronósticos aconsejan hacer la plancha. Pero esa tormenta en la pantalla que es el entuerto patagónico impacienta cada día más, y estallará con más estruendo el martes. Ese día 280 caciques de diversas etnias aborígenes aparecerán en la cámara de Diputados para presionar por la prórroga de la ley de tierras que vence en noviembre. Vienen de nueve provincias y se sindican en el movimiento más manso del activismo, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular que conduce el activista Juan Grabois, asesor del papa Francisco y gestor de otros emprendimientos solidarios que han desplazado al piqueterismo violento.
Ese martes harán una asamblea en la sede de la CTEP de la calle Pedro Echagüe (deep Constitución), coincidiendo con el intento de la oposición peronista-cristinismo y massismo - de promover una sesión especial para acelerar esa aprobación. Al día siguiente tiene turno el mismo proyecto en el Senado, después de que el bloque del Miguel Pichetto debiera darle preferencia y dictamen para no trizar más relaciones en esa bancada, tironeada también entre el cristinismo y el pichettismo. No le quedó otra que darle luz verde al proyecto para no partir el bloque antes de tiempo. La causa aborigen - y más aún la atroz ausencia de Santiago Maldonado - tiene una fuerza tan grande que todo lo mueve.
Cuenta el maestro José María Firpo que les pidió a sus alumnos de primeria frases sobre los aborígenes. Uno de ellos escribió: “Los indios eran muy penetrantes” (es el título de su delicioso libro que se mueve entre la antropología infantil y el surrealismo; fue éxito editorial a finales de los años ‘70 - Ed. Calicanto, 1979). Para su doctrina sobre los pueblos originario los datos de la conciencia, inmediatos, le dicen a Macri que, efectivamente, los indios son muy penetrantes.
Prorrogar, pero no tanto. Y aplicar reglas internacionales Pinedo y Sánchez han trabajado sobre esta consigna: prorrogar la ley que suspende los desalojos no es una solución al problema indígena. No se puede hacer tampoco en un solo día. Para eso hace falta retrasar su vencimiento a un plazo menor a los 4 años que dispone el proyecto del Senado. Para Grabois esa prórroga no debe ser menor a los dos años.
“Seis meses, jamás”, me dijo. En el gobierno no tienen un criterio uniforme; he visto un borrador que habla de un año y medio. ¿Qué hará el gobierno en ese lapso? Estudiar todos los casos de ocupación de tierras que los aborígenes reclaman con el argumento de la propiedad ancestral, y también la que éstos han hecho de tierras fiscales y privadas. El criterio con el que trabaja Pinedo es aplicar las convenciones internacionales, que indican que las comunidades aborígenes deben recibir tierras fiscales en el lugar de sus ancestros o, si no fuera eso posible por conflictos de propiedad, cercanas.
La ley de 2006 instruyó hacer ese análisis y un catastro que fue confeccionado a medias. La Iglesia, a través de la Pastoral de los Aborígenes del episcopado que preside el obispo de Reconquista Angel José Macín, presionó para que el gobierno promueva la prórroga. También lo propone el auditor radical, Jesús Rodríguez, en un informe de la AGN al Congreso sobre el (in)cumplimiento de la ley 26.160, que es otra norma que dictó una emergencia para frenar los desalojos.
Quienes creen en las conspiraciones fabulan sobre una mano negra en el caso Maldonado para demonizar a los aborígenes, impedir la prórroga de la ley y favorecer a los plutócratas apropiadores. El mismo argumento repiten del lado contrario; la manipulación favorecería a los activistas aborígenes para promover la prórroga. Nadie puede demostrar ni una cosa ni otra cosa.
Nace una estrella que debe rendir una previa Ese dúo, dedicado a finezas legislativas como el proyecto de responsabilidad penal de los empresarios, tiene un complemento en una figura de la que se oirá hablar en adelante. Se trata de la titular del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) Jimena Psathakis. Esta politóloga experta en mediaciones es la responsable de formular la doctrina Macri en materia de aborígenes. Era asesora del secretario de Derechos Humanos Claudio Abruj.
Debutó hace algunos meses en un conflicto justamente con la comunidad Cushamen, la misma en donde se produjo la desaparición de Maldonado. Fue a raíz de los daños en la línea de La Trochita que se le atribuyeron a una comunidad mapuche. Sus esfuerzos no lograron disolver el conflicto, que siguió hasta ahora. En el gobierno le reconocen más empeño que ciencia. Del otro lado, le dan tiempo: “Es una mediadora que fracasó hasta ahora en mediar por allá. Pero tiene buena voluntad”, reconoce Grabois. El INAI dependía del ministerio de Desarrollo Social con el anterior gobierno, y éste lo hace depender ahora de Derechos Humanos, en Justicia. Esa pendulación en el organigrama refleja las respetivas ideologías acerca del tema indígena.
Peronismo variado, doble fila de autos y alta merienda
Estos proyectos de campaña pueden quedar en la nada en Diputados por falta de votos; es difícil traer a los legisladores de sus provincias, en donde están en campaña, para una sesión ordinaria. Y más si la oposición le agregó un proyecto para una peregrina estatización de una planta de Pepsico. Cuenta más para una especial. Sirve la oportunidad para desplegar otras iniciativas más de largo plazo. Se notó eso el jueves en el hotel Castelar en donde Miguel Pichetto presentó una revista partidaria y logró concentrar a casi un millar de peronistas de todos colores, desde Oscar Lamberto a Diego Bossio, pasando por Alfredo Atanasoff, Miguel Toma (responsable de la convocatoria), Humberto Roggero, Raúl Álvarez Echagüe y Eduardo Camaño. Seguramente fue la concentración partidaria del PJ más importante del año y mostró aristas de interés. Por ejemplo, fue saludado como propio Octavio Frigerio, padre del ministro del Interior y director por el Estado en YPF. También se evidenciaron señales de poder que no han sido habituales en el peronismo reciente, como que hubo larga doble fila de autos en la puerta del hotel. La doble fila es una señal de poder inconfundible en la Argentina. Es insolentarse con las normas municipales y los agentes del orden lo toleran porque husmean poder. Doble fila es también prueba de la concurrencia de gente con chofer, auto y celular pago. Otra señal de poder: sirvieron una merienda más que competitiva y tan abundante que sobraron medialunas y brownies. Hacer política es dar de comer. En esa cita Pichetto repitió el rap que tiene su mejor síntesis en la charla que dio hace unos días en el Club Político y que puede mirarse en la página web de ese club.
Tres proyectos PJ para el día después
En el debate que siguió al acto en las mesas del Castelar, se dieron por lanzadas tres campañas del peronismo “del día después” que conviene consignar aquí. 1) La más importante es el proyecto de las bancadas justicialista y del Frente Renovador en Diputados, que después del 10 de diciembre ya no sentará a su jefe Sergio Massa en una banca, para armar un bloque que puede llegar a tener 62 legisladores. El objetivo es convertirse en la segunda minoría después de Cambiemos y desplazar al Frente para la Victoria de la vicepresidencia que tiene hoy José Luis Gioja.
El movedizo Bossio, que escuchó el speech de Pichetto desde la primera fila, tiene testimonios de apoyo del star Facundo Moyano, a quien le propinó un asado en el “sum” del edificio donde vive en la calle Arenales, y de un grupo con el cual también compartió parrilla en la noche del jueves en la zona de Nordelta. 2) Un primer acercamiento de las bancadas de Cambiemos y del peronismo no cristinista para encapsular al bloque que quedará con Cristina de Kirchner, que puede ser de 8 ó 9 bancas, según saque la minoría o la mayoría en Buenos Aires.
El bloque de Cambiemos, hoy a cargo del radical Ángel Rozas, puede llegar a estar a 4 bancas de ser la primera minoría de la cámara. Su conducción la peleará el chaqueño con Humberto Schiavoni, presidente del Pro, que viene por Misiones. Junto al bloque de Pichetto van a actuar como un frente inorgánico que limitará los proyectos de Cristina con vistas a 2019. 3) La confianza que se tiene Eduardo Duhalde en que los intendentes del PJ lo van a apoyar para presentar una lista para la conducción del partido en la provincia de Buenos Aires. Los duhaldistas que estaban en el Castelar juraban que Espinoza está dispuesto a apoyar al ex presidente en esa aventura.
Dificil de admitir cuando el hombre de La Matanza está en la lista de Cristina. Quienes leen sus labios afirmaban esa tarde, quizás intoxicados por los brownies, que esa relación se corta el 22 de octubre, día de las elecciones. Imaginaban que hasta hay un acuerdo conversado con Verónica Magario. Quienes confían en esa movida hablan de un Duhalde conductor del PJ bonaerense para divorciarlo de Cristina y lanzar desde allí una captura del PJ nacional. Esto es una intención no lograda de Duhalde, que llevó a la justicia a la actual conducción de Gioja y le negaron la intervención.
Pero sus funcionarios parecen arrinconados por ese torneo de destrezas a que lo someten los influencers - periodistas, animadores, infotainers, opositores de todos los colores, hasta algunos amarillentos - por la manera de enfrentar el caso Maldonado. Los pronósticos aconsejan hacer la plancha. Pero esa tormenta en la pantalla que es el entuerto patagónico impacienta cada día más, y estallará con más estruendo el martes. Ese día 280 caciques de diversas etnias aborígenes aparecerán en la cámara de Diputados para presionar por la prórroga de la ley de tierras que vence en noviembre. Vienen de nueve provincias y se sindican en el movimiento más manso del activismo, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular que conduce el activista Juan Grabois, asesor del papa Francisco y gestor de otros emprendimientos solidarios que han desplazado al piqueterismo violento.
Ese martes harán una asamblea en la sede de la CTEP de la calle Pedro Echagüe (deep Constitución), coincidiendo con el intento de la oposición peronista-cristinismo y massismo - de promover una sesión especial para acelerar esa aprobación. Al día siguiente tiene turno el mismo proyecto en el Senado, después de que el bloque del Miguel Pichetto debiera darle preferencia y dictamen para no trizar más relaciones en esa bancada, tironeada también entre el cristinismo y el pichettismo. No le quedó otra que darle luz verde al proyecto para no partir el bloque antes de tiempo. La causa aborigen - y más aún la atroz ausencia de Santiago Maldonado - tiene una fuerza tan grande que todo lo mueve.
Cuenta el maestro José María Firpo que les pidió a sus alumnos de primeria frases sobre los aborígenes. Uno de ellos escribió: “Los indios eran muy penetrantes” (es el título de su delicioso libro que se mueve entre la antropología infantil y el surrealismo; fue éxito editorial a finales de los años ‘70 - Ed. Calicanto, 1979). Para su doctrina sobre los pueblos originario los datos de la conciencia, inmediatos, le dicen a Macri que, efectivamente, los indios son muy penetrantes.
Prorrogar, pero no tanto. Y aplicar reglas internacionales Pinedo y Sánchez han trabajado sobre esta consigna: prorrogar la ley que suspende los desalojos no es una solución al problema indígena. No se puede hacer tampoco en un solo día. Para eso hace falta retrasar su vencimiento a un plazo menor a los 4 años que dispone el proyecto del Senado. Para Grabois esa prórroga no debe ser menor a los dos años.
“Seis meses, jamás”, me dijo. En el gobierno no tienen un criterio uniforme; he visto un borrador que habla de un año y medio. ¿Qué hará el gobierno en ese lapso? Estudiar todos los casos de ocupación de tierras que los aborígenes reclaman con el argumento de la propiedad ancestral, y también la que éstos han hecho de tierras fiscales y privadas. El criterio con el que trabaja Pinedo es aplicar las convenciones internacionales, que indican que las comunidades aborígenes deben recibir tierras fiscales en el lugar de sus ancestros o, si no fuera eso posible por conflictos de propiedad, cercanas.
La ley de 2006 instruyó hacer ese análisis y un catastro que fue confeccionado a medias. La Iglesia, a través de la Pastoral de los Aborígenes del episcopado que preside el obispo de Reconquista Angel José Macín, presionó para que el gobierno promueva la prórroga. También lo propone el auditor radical, Jesús Rodríguez, en un informe de la AGN al Congreso sobre el (in)cumplimiento de la ley 26.160, que es otra norma que dictó una emergencia para frenar los desalojos.
Quienes creen en las conspiraciones fabulan sobre una mano negra en el caso Maldonado para demonizar a los aborígenes, impedir la prórroga de la ley y favorecer a los plutócratas apropiadores. El mismo argumento repiten del lado contrario; la manipulación favorecería a los activistas aborígenes para promover la prórroga. Nadie puede demostrar ni una cosa ni otra cosa.
Nace una estrella que debe rendir una previa Ese dúo, dedicado a finezas legislativas como el proyecto de responsabilidad penal de los empresarios, tiene un complemento en una figura de la que se oirá hablar en adelante. Se trata de la titular del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) Jimena Psathakis. Esta politóloga experta en mediaciones es la responsable de formular la doctrina Macri en materia de aborígenes. Era asesora del secretario de Derechos Humanos Claudio Abruj.
Debutó hace algunos meses en un conflicto justamente con la comunidad Cushamen, la misma en donde se produjo la desaparición de Maldonado. Fue a raíz de los daños en la línea de La Trochita que se le atribuyeron a una comunidad mapuche. Sus esfuerzos no lograron disolver el conflicto, que siguió hasta ahora. En el gobierno le reconocen más empeño que ciencia. Del otro lado, le dan tiempo: “Es una mediadora que fracasó hasta ahora en mediar por allá. Pero tiene buena voluntad”, reconoce Grabois. El INAI dependía del ministerio de Desarrollo Social con el anterior gobierno, y éste lo hace depender ahora de Derechos Humanos, en Justicia. Esa pendulación en el organigrama refleja las respetivas ideologías acerca del tema indígena.
Peronismo variado, doble fila de autos y alta merienda
Estos proyectos de campaña pueden quedar en la nada en Diputados por falta de votos; es difícil traer a los legisladores de sus provincias, en donde están en campaña, para una sesión ordinaria. Y más si la oposición le agregó un proyecto para una peregrina estatización de una planta de Pepsico. Cuenta más para una especial. Sirve la oportunidad para desplegar otras iniciativas más de largo plazo. Se notó eso el jueves en el hotel Castelar en donde Miguel Pichetto presentó una revista partidaria y logró concentrar a casi un millar de peronistas de todos colores, desde Oscar Lamberto a Diego Bossio, pasando por Alfredo Atanasoff, Miguel Toma (responsable de la convocatoria), Humberto Roggero, Raúl Álvarez Echagüe y Eduardo Camaño. Seguramente fue la concentración partidaria del PJ más importante del año y mostró aristas de interés. Por ejemplo, fue saludado como propio Octavio Frigerio, padre del ministro del Interior y director por el Estado en YPF. También se evidenciaron señales de poder que no han sido habituales en el peronismo reciente, como que hubo larga doble fila de autos en la puerta del hotel. La doble fila es una señal de poder inconfundible en la Argentina. Es insolentarse con las normas municipales y los agentes del orden lo toleran porque husmean poder. Doble fila es también prueba de la concurrencia de gente con chofer, auto y celular pago. Otra señal de poder: sirvieron una merienda más que competitiva y tan abundante que sobraron medialunas y brownies. Hacer política es dar de comer. En esa cita Pichetto repitió el rap que tiene su mejor síntesis en la charla que dio hace unos días en el Club Político y que puede mirarse en la página web de ese club.
Tres proyectos PJ para el día después
En el debate que siguió al acto en las mesas del Castelar, se dieron por lanzadas tres campañas del peronismo “del día después” que conviene consignar aquí. 1) La más importante es el proyecto de las bancadas justicialista y del Frente Renovador en Diputados, que después del 10 de diciembre ya no sentará a su jefe Sergio Massa en una banca, para armar un bloque que puede llegar a tener 62 legisladores. El objetivo es convertirse en la segunda minoría después de Cambiemos y desplazar al Frente para la Victoria de la vicepresidencia que tiene hoy José Luis Gioja.
El movedizo Bossio, que escuchó el speech de Pichetto desde la primera fila, tiene testimonios de apoyo del star Facundo Moyano, a quien le propinó un asado en el “sum” del edificio donde vive en la calle Arenales, y de un grupo con el cual también compartió parrilla en la noche del jueves en la zona de Nordelta. 2) Un primer acercamiento de las bancadas de Cambiemos y del peronismo no cristinista para encapsular al bloque que quedará con Cristina de Kirchner, que puede ser de 8 ó 9 bancas, según saque la minoría o la mayoría en Buenos Aires.
El bloque de Cambiemos, hoy a cargo del radical Ángel Rozas, puede llegar a estar a 4 bancas de ser la primera minoría de la cámara. Su conducción la peleará el chaqueño con Humberto Schiavoni, presidente del Pro, que viene por Misiones. Junto al bloque de Pichetto van a actuar como un frente inorgánico que limitará los proyectos de Cristina con vistas a 2019. 3) La confianza que se tiene Eduardo Duhalde en que los intendentes del PJ lo van a apoyar para presentar una lista para la conducción del partido en la provincia de Buenos Aires. Los duhaldistas que estaban en el Castelar juraban que Espinoza está dispuesto a apoyar al ex presidente en esa aventura.
Dificil de admitir cuando el hombre de La Matanza está en la lista de Cristina. Quienes leen sus labios afirmaban esa tarde, quizás intoxicados por los brownies, que esa relación se corta el 22 de octubre, día de las elecciones. Imaginaban que hasta hay un acuerdo conversado con Verónica Magario. Quienes confían en esa movida hablan de un Duhalde conductor del PJ bonaerense para divorciarlo de Cristina y lanzar desde allí una captura del PJ nacional. Esto es una intención no lograda de Duhalde, que llevó a la justicia a la actual conducción de Gioja y le negaron la intervención.
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