Abuso en el Santa Lucía: 18 años de prisión para profesor de informática

Angel Benítez (53), el profesor de informática acusado de varios hechos de abuso sexual en perjuicio de estudiantes del Instituto Santa Lucía en 2014, aceptó en las últimas horas acceder a un juicio abreviado y ser condenado a la pena de 18 años de prisión.

El docente, que se encuentra privado de su libertad desde fines de agosto de 2014, cuando los hechos salieron a la luz, llegó a ese acuerdo tras deliberar su situación junto a su abogado defensor y la fiscalía y reconocer su responsabilidad en el caso.

La propuesta de juicio abreviado había sido planteada por el fiscal Rolando Oliva y el acusado debía dar respuesta mediante el letrado particular que lo defiende.

Fuentes consultadas por El Territorio indicaron que el acuerdo fue aceptado y ahora será el turno del Tribunal Penal Dos de Posadas homologar la sentencia y dictar la correspondiente fallo condenatorio.

De esta forma, Benítez sería condenado a la pena de 18 años de prisión por el delito de abuso sexual calificado por su calidad de guardador y por perpetrarse contra menores de edad, siete hechos sin acceso carnal.

El debate por este caso debía realizarse este año, pero a fin de evitar la exposición pública y morigerar su condena terminó reconociendo su responsabilidad en los hechos.

El caso
El caso salió a la luz el miércoles 20 de agosto de 2014, cuando una de las víctimas le contó a su madre que "otra vez" el profesor la había manoseado.

A partir de ahí, los casos se fueron replicando, como así también las denuncias, a la par de la indignación y la preocupación de los padres que los niños que asistían a la institución educativa ubicada en Santa Cruz y Aguado, en el barrio Guazupí de esta capital provincial.

El docente fue detenido tres días después, tras la orden del magistrado César Yaya, titular del Juzgado de Instrucción Dos, donde se instruyó la investigación de los hechos.

En su momento, se recolectaron al menos nueve casos distintos de niñas de segundo y tercer grado que habían sido víctimas del sindicado profesor.

La mayoría de ellas declaró en Cámara Gesell y sus versiones pudieron ser contrastadas con las demás pruebas incorporadas al expediente, entre ellas una inspección al establecimiento y al lugar específico donde se habrían cometido los abusos.

Aparentemente, el hombre aprovechaba que el aula de informática se ubicada fuera del edificio central y allí enviaba a las niñas a buscar cosas para luego abusar de ellas. Una de las víctima había asegurado que estas acciones se venían desarrollando hace aproximadamente un año.

En su momento, la Cámara de Apelaciones le rechazó al acusado, en primera instancia, una apelación y en segundo término un pedido de excarcelación por razones médicas.
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