Iguazu: Se fugan dos presos de la UR-V y detienen a un policía

El agente, de 20 años, dijo que estaba en el baño y que aprovecharon un corte de luz. Sin embargo, lo complican filmaciones y mensajes. Creen que debían robar una pizzería de las “Siete Bocas” y volver. Uno de ellos sigue prófugo.

Un verdadero escándalo fue el que se desató en las últimas horas en Puerto Iguazú, después de que un agente de la Policía de Misiones fuera detenido bajo sospechas de “liberar” a detenidos en la Unidad Regional V para que perpetraran robos en la zona céntrica de la ciudad. La presunta maniobra se destapó cuando dos de esos internos salieron a delinquir pero jamás regresaron al edificio policial.

Ante sus superiores, el efectivo policial aseguró que los maleantes aprovecharon que se encontraba en el baño, situación que se sumó a un corte en el suministro eléctrico que afectó a la ciudad en la madrugada del último lunes. Sin embargo, filmaciones de las cámaras de seguridad, el relato de testigos y los mensajes de texto hallados en el teléfono celular del uniformado fueron suficientes para complicarlo, al menos en un principio.

Ante esa situación fue que el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de?Instrucción 3 de Puerto Iguazú, ordenó la inmediata detención del policía, a quien indagó en la tarde de ayer después de imputarlo por el delito de “favorecimiento a la evasión y cohecho”.

También ayer desfiló ante el juez de la causa uno de los dos detenidos presuntamente “liberados” por el agente, quien fue recapturado a las pocas horas.?El restante malviviente continuaba anoche prófugo, según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, más allá del extremo hermetismo con el que la Policía provincial maneja el caso, pese a la gravedad que el mismo significa para la seguridad pública.

Una fuga insólita
El hecho comenzó a gestarse alrededor de las 3.30 del último lunes en la Unidad de Resguardo de Detenidos, que funciona en el predio de la Unidad Regional?V de la fuerza, sobre avenida Victoria Aguirre casi Tres Fronteras de Iguazú.

A esa hora, el efectivo de guardia, un agente de 20 años, dio cuenta de la supuesta fuga de dos detenidos, ambos de 23 años, oriundos del barrio Riberas del Paraná de la localidad, uno de ellos procesado por “robo calificado de motocicleta” y el otro por “robo agravado por escalamiento”.

Según informó el efectivo, el dúo aprovechó que se encontraba en el baño, la ausencia de luz por el corte general pero además que había dejado abierta la celda para que calentaran su comida, para hacerse de nuevo con la libertad. Hasta allí, la versión del uniformado.

Sospechas sobre el policía
Autoridades de la UR-V ordenaron un operativo de búsqueda y solicitaron la colaboración tanto de las fuerzas federales como de la Dirección de Migraciones, ante la sospecha de que los prófugos intentaran salir del país.

Sin embargo, ante la situación, el magistrado Brites también pidió poner la lupa sobre el uniformado a cargo de los presos. En principio, el agente fue demorado preventivamente. Y el avance en la investigación terminó por darle la razón al juez de la causa.

Tanto las filmaciones de las cámaras de seguridad del sector, así como el testimonio de algunos presos y los mensajes encontrados en el celular del policía fueron indicios más que suficientes para proceder a su detención.

Una situación grave
Lo cierto es que de esas primeras pruebas surgió la principal hipótesis que anoche se manejaba en torno a la causa, que apunta a que el uniformado apresado facilitó la fuga de los dos detenidos. Y no sólo eso: al parecer, los habría dejado salir para que cometieran un robo y regresaran a la UR-V como si nada hubiese pasado.

Al respecto, de las investigaciones surge que el “trato” entre el dúo y el agente consistía en obtener algunos minutos de libertad para perpetrar un hecho delictivo en una pizzería de las “Siete Bocas”, una esquina donde desembocan siete calles -en pleno microcentro de Iguazú y a poco más de cien metros de la UR- y regresar a las celdas. A cambio, el policía recibiría parte del botín, además de prometerle a los maleantes “agilizar” el proceso que desembocaría en su liberación.

Lo que el efectivo no imaginó es que sus “cómplices”?iban a fallarle. Ninguno de los dos regresó a la UR-V, por lo que no tuvo más opciones que denunciar una presunta fuga que ahora -lo ya dicho- se encuentra bajo la lupa de la Justicia.

Por lo pronto, alrededor de las 18 del último martes se procedió a la detención de uno de los dos delincuentes fugados, el que estaba preso por el robo de una moto. La aprehensión se produjo en el barrio Bicentenario de Iguazú.

Ese maleante permanece tras las rejas al igual que el agente de la Policía provincial, quien fue trasladado a la comisaría de Wanda por cuestiones de seguridad. Allí quedó a disposición de la Justicia, investigado por liberar y facilitar el delito, drama social al que -curiosamente- juró combatir cuando entró en las filas de la fuerza.

“Favorecimiento a la evasión y cohecho”, la imputación al policía
Durante la tarde de ayer fueron trasladados ante el juez de la causa tanto el agente detenido como el prófugo que logró ser recapturado por las autoridades.

En primer turno, el uniformado fue imputado -en principio- por los delitos de “favorecimiento a la evasión y cohecho”, el segundo de ellos ante la suposición de que pudo haber recibido efectivo a cambio de dejar delinquir al sospechoso.

A la hora de declarar, el efectivo resolvió guardar silencio, por lo que se abstuvo por consejo de la defensa. Tras aquello, fue trasladado nuevamente a la comisaría de Wanda, donde seguía anoche tras las rejas.

Luego fue el turno del malviviente recapturado, de 23 años, quien fue imputado por “cohecho”, carátula que podría modificarse con el transcurrir de la pesquisa. Al igual que el policía, el joven se abstuvo de declarar.

Ambos solicitaron la excarcelación, cuestión que ahora debe resolver el magistrado interviniente.

Encuadre legal
En este caso en particular, el policía fue imputado en base a lo establecido en el artículo 281 del Código Penal que, bajo el título “Evasión y quebrantamiento de pena”, impone “prisión de un mes a cuatro años, al que favoreciere la evasión de algún detenido o condenado, y si fuere funcionario público, sufrirá, además, inhabilitación absoluta por triple tiempo”.

Fuente: Primera Edicion
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