Un utensilio creado para ayudar a personas con déficit de atención se ha hecho muy popular entre los niños y está en el eje de una controversia que involucra a estudiantes, maestros y administradores escolares
Los Fidget Spinners son la sensación del momento entre los niños de Estados Unidos. Este juguete que gira y gira tiene a los maestros dando vueltas sobre cómo sacarlo de las aulas, pero no es fácil, pues se vende como utensilio de ayuda para los millones de pacientes con déficit de atención.
De concepto básico, este artilugio cabe en la palma de la mano y consta de 3 aros unidos entre sí. En el centro, otro círculo hace las veces de eje giratorio. En principio esa es precisamente la gracia, hacerlo girar, girar y girar. ¿Suena divertido? Pues para muchos lo es y, por eso, hoy está en las paradas de autobús, los parques y, por supuesto, las escuelas.
Este sencillo artículo fue concebido, en su momento, hace más de dos décadas, por una mujer que pretendía crear un juguete que, de alguna forma, simbolizara la paz. Sin embargo, hoy se ha convertido en un objeto popular y, más que eso, en el eje de una controversia que involucra a estudiantes, maestros y administradores escolares.
Los padres de familia de una escuela de Henderson, en el sur de Nevada, recibieron esta semana una carta en la que se invocaba la conciencia de todos aquellos que hasta ahora permitían que sus hijos llevaran a la escuela los famosos juguetes.
"Se han convertido en una gran distracción y molestia en los salones de clase", advierte la misiva, que asegura que de ahora en adelante cualquier ingenio como ése será confiscado y devuelto a los padres del propietario o, en su defecto, al mismo dueño, aunque al final del año escolar.
No habría nada de extraordinario en esta comunicación, si no fuera porque se trata de una de las muchas que a diario se envían a lo largo y ancho del país en diferentes escuelas.
Y el verdadero origen de la controversia radica en el porqué de la súbita explosión de Spinners en las aulas escolares.
La razón es que muchos de estos aparatos se comercializan como herramientas de ayuda para pacientes con autismo, déficit de atención, estrés, ansiedad y hasta depresión, pues se venden para, presuntamente, aumentar la capacidad de enfoque. Por esa razón, no es raro que cuando un maestro enfrenta a su alumno y le pide guardar su juguete, éste le responda: "Lo siento, me lo recetó el doctor".
El número de casos de déficit de atención en Estados Unidos se disparó un 43% entre 2003 y 2011, hasta alcanzar casi 6 millones de menores diagnosticados, según datos de 2015 de las autoridades sanitarias del país, que indican que el 11% de los niños de entre 4 y 17 años padece esta condición.
Los Fidget Spinners son la sensación del momento entre los niños de Estados Unidos. Este juguete que gira y gira tiene a los maestros dando vueltas sobre cómo sacarlo de las aulas, pero no es fácil, pues se vende como utensilio de ayuda para los millones de pacientes con déficit de atención.
De concepto básico, este artilugio cabe en la palma de la mano y consta de 3 aros unidos entre sí. En el centro, otro círculo hace las veces de eje giratorio. En principio esa es precisamente la gracia, hacerlo girar, girar y girar. ¿Suena divertido? Pues para muchos lo es y, por eso, hoy está en las paradas de autobús, los parques y, por supuesto, las escuelas.
Este sencillo artículo fue concebido, en su momento, hace más de dos décadas, por una mujer que pretendía crear un juguete que, de alguna forma, simbolizara la paz. Sin embargo, hoy se ha convertido en un objeto popular y, más que eso, en el eje de una controversia que involucra a estudiantes, maestros y administradores escolares.
Los padres de familia de una escuela de Henderson, en el sur de Nevada, recibieron esta semana una carta en la que se invocaba la conciencia de todos aquellos que hasta ahora permitían que sus hijos llevaran a la escuela los famosos juguetes.
"Se han convertido en una gran distracción y molestia en los salones de clase", advierte la misiva, que asegura que de ahora en adelante cualquier ingenio como ése será confiscado y devuelto a los padres del propietario o, en su defecto, al mismo dueño, aunque al final del año escolar.
No habría nada de extraordinario en esta comunicación, si no fuera porque se trata de una de las muchas que a diario se envían a lo largo y ancho del país en diferentes escuelas.
Y el verdadero origen de la controversia radica en el porqué de la súbita explosión de Spinners en las aulas escolares.
La razón es que muchos de estos aparatos se comercializan como herramientas de ayuda para pacientes con autismo, déficit de atención, estrés, ansiedad y hasta depresión, pues se venden para, presuntamente, aumentar la capacidad de enfoque. Por esa razón, no es raro que cuando un maestro enfrenta a su alumno y le pide guardar su juguete, éste le responda: "Lo siento, me lo recetó el doctor".
El número de casos de déficit de atención en Estados Unidos se disparó un 43% entre 2003 y 2011, hasta alcanzar casi 6 millones de menores diagnosticados, según datos de 2015 de las autoridades sanitarias del país, que indican que el 11% de los niños de entre 4 y 17 años padece esta condición.
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