La muerte de una mujer de 47 años elevó este domingo a 21 el número de fallecidos por la ola de violentas manifestaciones que lleva casi un mes sacudiendo Venezuela, en medio de una tensión política que parece estar lejos de acabar.
Almelina Carrillo volvía de participar en una manifestación en apoyo al presidente Nicolás Maduro el miércoles pasado -día en que la oposición también marchó-, cuando una botella de agua congelada lanzada desde un edificio le cayó en la cabeza.
Tras permanecer en terapia intensiva desde entonces con una fractura craneal, murió este domingo.
“Lamentablemente ha fallecido la ciudadana Almelina Carrillo Virguez (47), otra víctima de la Derecha Terrorista, llena de odio”, escribió el ministro del Interior, Néstor Reverol, en su cuenta de Twitter.
“No descansaremos hasta capturar a los responsables de este repudiable crimen”, añadió.
El 19 de abril, que conmemora el primer grito independentista venezolano, otras tres personas fallecieron en manifestaciones opositoras: un joven de 17 años en Caracas; una mujer de 23 años en San Cristóbal, ciudad fronteriza con Colombia, y un militar en las afueras de la capital.
El gobierno y la oposición se responsabilizaron mutuamente de la violencia que deja, además de los 21 fallecidos, cientos de detenidos, heridos y varios negocios saqueados.
Las protestas, convocadas casi todos los días desde el 1 de abril, se desataron después de que el máximo tribunal se adjudicó temporalmente las funciones del Legislativo, que controla la oposición, y revocó la inmunidad a los diputados.
La mayoría de las manifestaciones degeneró en disturbios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que las dispersan con bombas lacrimógenas y balas de goma.
Este domingo, una protesta improvisada de opositores fue dispersada en San Cristóbal después del clásico del fútbol venezolano entre Deportivo Táchira y Caracas FC.
Sólo transcurrió sin inconvenientes la “marcha del silencio” del sábado, que llegó a la sede de la Conferencia Episcopal atravesando toda Caracas hasta el oeste, considerado un bastión del chavismo.
La oposición ha dicho que aprovechará el impulso para seguir en la calle exigiendo elecciones y respeto a la autonomía del Parlamento, además de la liberación de políticos presos.
Un bloqueo de las principales vías del país, incluida la principal autopista de la capital, fue convocado para el lunes.
La esposa del opositor preso Leopoldo López inició de su lado una vigilia frente a la cárcel donde está recluido, para presionar a las autoridades que le permitan verle tras un mes “aislado”.
Maduro dijo este domingo que quiere “elecciones ya”, en referencia a los comicios de gobernadores, que tenían que haberse celebrado en diciembre pasado, y de alcaldes, previstos para este año.
Las presidenciales están programadas para 2018.
“Estoy listo para lo que diga el Poder Electoral”, insistió Maduro, que venció los comicios de 2013 por un estrecho margen.
“Conspiración en Roma”
El jueves pasado fue uno de los días más violentos de la ola de protestas.
El sector popular de El Valle se convirtió en una verdadera batalla campal con tiroteos, saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y policías, que forzaron la evacuación de una maternidad por el humo de barricadas de desechos y gases.
Tan solo ese día se reportaron 11 muertos, algunos de ellos electrocutados.
Maduro afirmó este domingo en su programa de televisión que tiene “pruebas” que involucran a los diputados opositores José Guerra y Tomás Guanipa con esos disturbios.
“Bandido, en [una cárcel en el estado de] Guárico hay una celda para ti, más temprano que tarde vas a pagar los daños y la violencia que has hecho”, lanzó a Guerra con un mensaje similar para Guanipa justo después.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) denunció más temprano “una secuencia de persecución política en contra de líderes importantes”, según dijo el diputado Enrique Márquez, citado por el sitio de noticias El Estímulo.
A pesar de las amenazas, Maduro invitó una vez más a la oposición a retomar un proceso de diálogo, congelado desde el año pasado luego de que la oposición acusara al gobierno de no cumplir con los acuerdos, que incluye precisamente el llamado a elecciones.
“Le pido al papa Francisco desde aquí que nos siga acompañando en el diálogo, porque hay una conspiración en Roma contra el diálogo en Venezuela y aquí también”, aseguró.
Almelina Carrillo volvía de participar en una manifestación en apoyo al presidente Nicolás Maduro el miércoles pasado -día en que la oposición también marchó-, cuando una botella de agua congelada lanzada desde un edificio le cayó en la cabeza.
Tras permanecer en terapia intensiva desde entonces con una fractura craneal, murió este domingo.
“Lamentablemente ha fallecido la ciudadana Almelina Carrillo Virguez (47), otra víctima de la Derecha Terrorista, llena de odio”, escribió el ministro del Interior, Néstor Reverol, en su cuenta de Twitter.
“No descansaremos hasta capturar a los responsables de este repudiable crimen”, añadió.
El 19 de abril, que conmemora el primer grito independentista venezolano, otras tres personas fallecieron en manifestaciones opositoras: un joven de 17 años en Caracas; una mujer de 23 años en San Cristóbal, ciudad fronteriza con Colombia, y un militar en las afueras de la capital.
El gobierno y la oposición se responsabilizaron mutuamente de la violencia que deja, además de los 21 fallecidos, cientos de detenidos, heridos y varios negocios saqueados.
Las protestas, convocadas casi todos los días desde el 1 de abril, se desataron después de que el máximo tribunal se adjudicó temporalmente las funciones del Legislativo, que controla la oposición, y revocó la inmunidad a los diputados.
La mayoría de las manifestaciones degeneró en disturbios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que las dispersan con bombas lacrimógenas y balas de goma.
Este domingo, una protesta improvisada de opositores fue dispersada en San Cristóbal después del clásico del fútbol venezolano entre Deportivo Táchira y Caracas FC.
Sólo transcurrió sin inconvenientes la “marcha del silencio” del sábado, que llegó a la sede de la Conferencia Episcopal atravesando toda Caracas hasta el oeste, considerado un bastión del chavismo.
La oposición ha dicho que aprovechará el impulso para seguir en la calle exigiendo elecciones y respeto a la autonomía del Parlamento, además de la liberación de políticos presos.
Un bloqueo de las principales vías del país, incluida la principal autopista de la capital, fue convocado para el lunes.
La esposa del opositor preso Leopoldo López inició de su lado una vigilia frente a la cárcel donde está recluido, para presionar a las autoridades que le permitan verle tras un mes “aislado”.
Maduro dijo este domingo que quiere “elecciones ya”, en referencia a los comicios de gobernadores, que tenían que haberse celebrado en diciembre pasado, y de alcaldes, previstos para este año.
Las presidenciales están programadas para 2018.
“Estoy listo para lo que diga el Poder Electoral”, insistió Maduro, que venció los comicios de 2013 por un estrecho margen.
“Conspiración en Roma”
El jueves pasado fue uno de los días más violentos de la ola de protestas.
El sector popular de El Valle se convirtió en una verdadera batalla campal con tiroteos, saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y policías, que forzaron la evacuación de una maternidad por el humo de barricadas de desechos y gases.
Tan solo ese día se reportaron 11 muertos, algunos de ellos electrocutados.
Maduro afirmó este domingo en su programa de televisión que tiene “pruebas” que involucran a los diputados opositores José Guerra y Tomás Guanipa con esos disturbios.
“Bandido, en [una cárcel en el estado de] Guárico hay una celda para ti, más temprano que tarde vas a pagar los daños y la violencia que has hecho”, lanzó a Guerra con un mensaje similar para Guanipa justo después.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) denunció más temprano “una secuencia de persecución política en contra de líderes importantes”, según dijo el diputado Enrique Márquez, citado por el sitio de noticias El Estímulo.
A pesar de las amenazas, Maduro invitó una vez más a la oposición a retomar un proceso de diálogo, congelado desde el año pasado luego de que la oposición acusara al gobierno de no cumplir con los acuerdos, que incluye precisamente el llamado a elecciones.
“Le pido al papa Francisco desde aquí que nos siga acompañando en el diálogo, porque hay una conspiración en Roma contra el diálogo en Venezuela y aquí también”, aseguró.
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