Ingería apenas 500 calorías diarias y entrenaba 4 horas por día para poder subirse a una pasarela. Después de varios años de sufrimiento optó por aceptar su verdadera figura curvy, y hoy es abanderada del movimiento
"Comencé a modelar cuando tenía 17 años. Incluso para los estándares de la industria de la moda, yo era delgada. Sin embargo, en un año mi cuerpo comenzó a cambiar. Desarrollé curvas donde nunca las tuve. Me estaba convirtiendo en una mujer, pero en mi elección de carrera no era algo celebrado", confesó Liza Golden-Bhojwani, la modelo estadounidense que engordó al menos 20 kilos para 'ser feliz'.
Tras años de lucha corporal -con descensos abruptos y aumento de peso inconstante -la modelo decidió aceptarse, y ahora alienta al mundo con el mensaje que contagia a través de las redes, #bodypositivism.
"A la izquierda, estoy yo en el despegue de mi carrera. Mi primera semana de la moda, donde yo tenía en realidad el tamaño que necesitaba", compartió hace algunos días en su cuenta de Instagram el antes y después de su saludable transformación.
El sorprendente antes y después de Liza Golden-Bhojwani, con al menos 20 kilos de diferencia
La presión de la industria de las modelos por poder cumplir con los rígidos parámetros exigidos es una realidad que busca erradicarse y legislarse. Mujeres andróginas, sin curvas y semidesnutridas aún se ven en las pasarelas.
Golden-Bhojwani fue una de ellas. Para lograrlo, todo sacrificio desmesurado era válido, hasta dejar de alimentarse. "Consumía apenas 500 calorías diarias que reforzaba con un suplemento de vitaminas, uno de los platos más populares: 20 edemames (habas)", explicó.
Cuando comenzó a notar los cambios en su cuerpo, reforzó la apuesta. "Fue el comienzo de una pendiente resbaladiza. Dietas extenuantes, entrenamientos extremos. Mi vida social sufrió, ir a comer con mis amigos se convirtió en un problema", relató angustiada.
Luego de que ese estilo de vida repercutiera en su salud con baja de presión, desmayos reiterados, y luego un aumento desmesurado de peso en apenas dos semanas, tomó conciencia. Fue un largo proceso de aceptación. "¿Por qué lucho contra mi cuerpo? Voy a dejar de forzar mis propios objetivos y a escuchar a mi cuerpo. Y eso es lo que hice", reveló.
“Sabía que no podía seguir saboteando mi cuerpo, mi salud y a mí misma, día tras día”
Comenzó con un plan alimenticio saludable, una rutina fitness equilibrada y conductas saludables. Poco a poco su figura curvilínea comenzó a delinearse.
"Comencé a modelar cuando tenía 17 años. Incluso para los estándares de la industria de la moda, yo era delgada. Sin embargo, en un año mi cuerpo comenzó a cambiar. Desarrollé curvas donde nunca las tuve. Me estaba convirtiendo en una mujer, pero en mi elección de carrera no era algo celebrado", confesó Liza Golden-Bhojwani, la modelo estadounidense que engordó al menos 20 kilos para 'ser feliz'.
Tras años de lucha corporal -con descensos abruptos y aumento de peso inconstante -la modelo decidió aceptarse, y ahora alienta al mundo con el mensaje que contagia a través de las redes, #bodypositivism.
"A la izquierda, estoy yo en el despegue de mi carrera. Mi primera semana de la moda, donde yo tenía en realidad el tamaño que necesitaba", compartió hace algunos días en su cuenta de Instagram el antes y después de su saludable transformación.
El sorprendente antes y después de Liza Golden-Bhojwani, con al menos 20 kilos de diferencia
La presión de la industria de las modelos por poder cumplir con los rígidos parámetros exigidos es una realidad que busca erradicarse y legislarse. Mujeres andróginas, sin curvas y semidesnutridas aún se ven en las pasarelas.
Golden-Bhojwani fue una de ellas. Para lograrlo, todo sacrificio desmesurado era válido, hasta dejar de alimentarse. "Consumía apenas 500 calorías diarias que reforzaba con un suplemento de vitaminas, uno de los platos más populares: 20 edemames (habas)", explicó.
Cuando comenzó a notar los cambios en su cuerpo, reforzó la apuesta. "Fue el comienzo de una pendiente resbaladiza. Dietas extenuantes, entrenamientos extremos. Mi vida social sufrió, ir a comer con mis amigos se convirtió en un problema", relató angustiada.
Luego de que ese estilo de vida repercutiera en su salud con baja de presión, desmayos reiterados, y luego un aumento desmesurado de peso en apenas dos semanas, tomó conciencia. Fue un largo proceso de aceptación. "¿Por qué lucho contra mi cuerpo? Voy a dejar de forzar mis propios objetivos y a escuchar a mi cuerpo. Y eso es lo que hice", reveló.
“Sabía que no podía seguir saboteando mi cuerpo, mi salud y a mí misma, día tras día”
Comenzó con un plan alimenticio saludable, una rutina fitness equilibrada y conductas saludables. Poco a poco su figura curvilínea comenzó a delinearse.