Lo que sucedió el domingo sigue dando que hablar en todo el mundo. Lionel Messi volvió a agigantar su leyenda al llegar a los 500 goles con un doblete ante nada más ni nada menos que el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, lo que le valió al Barcelona alcanzarlo en la cima de la tabla de posiciones en La Liga (aunque vale aclarar que los de la capital española adeudan un juego).
Su segunda conquista fue en el minuto 92 y provocó una reacción nunca antes vista en Lionel Messi, quien celebró su obra de arte de manera desafiante, quitándose la camiseta y mostrándosela a la hinchada de su más acérrimo rival.
"Tiene el gusto por el fútbol y por la victoria. Y allí, en el origen de lo que le mueve, es donde hay que encontrar las razones de esta celebración. Messi sentía rabia sobre el campo por cómo se había dado el partido", sostiene Sport.
El rotativo argumenta que las acciones que vivió el rosarino durante el encuentro hicieron que desatase su ira contenida. La amarilla a Casemiro, el codazo que le propinó Marcelo, que lo dejó sangrando y sufriendo puntos de sutura, la segunda agresión de Casemiro que el árbitro decidió perdonar y no mostrarle la tarjeta roja, la dura entrada de Sergio Ramos (fue expulsado) y el tanto de James Rodríguez a poco del final rebalsaron la paciencia de la Pulga.
"El gol en el epílogo fue una explosión a tanta ira acumulada y la mejor venganza que podía efectuar: gol en el descuento, victoria, liderato y humillación en casa del eterno rival. Y fue así, sin haberlo pensado, sin haberlo meditado, cuando después de celebrarlo con sus compañeros enseñó la camiseta a la grada del Bernabéu donde se encontraban los seguidores barcelonistas para demostrar de lo que había sido capaz", recalcó el rotativo español.
Fue una sensación de sobreponerse a todos los obstáculos que se le presentaron y adjudicarse una victoria clave ante Real Madrid. "Leo celebró así el gol histórico en el Bernabéu para mostrar su compromiso con el club y dejar en claro que con él no pueden", cerró en su portada.
(Reuters)
Su segunda conquista fue en el minuto 92 y provocó una reacción nunca antes vista en Lionel Messi, quien celebró su obra de arte de manera desafiante, quitándose la camiseta y mostrándosela a la hinchada de su más acérrimo rival."Tiene el gusto por el fútbol y por la victoria. Y allí, en el origen de lo que le mueve, es donde hay que encontrar las razones de esta celebración. Messi sentía rabia sobre el campo por cómo se había dado el partido", sostiene Sport.
El rotativo argumenta que las acciones que vivió el rosarino durante el encuentro hicieron que desatase su ira contenida. La amarilla a Casemiro, el codazo que le propinó Marcelo, que lo dejó sangrando y sufriendo puntos de sutura, la segunda agresión de Casemiro que el árbitro decidió perdonar y no mostrarle la tarjeta roja, la dura entrada de Sergio Ramos (fue expulsado) y el tanto de James Rodríguez a poco del final rebalsaron la paciencia de la Pulga.
"El gol en el epílogo fue una explosión a tanta ira acumulada y la mejor venganza que podía efectuar: gol en el descuento, victoria, liderato y humillación en casa del eterno rival. Y fue así, sin haberlo pensado, sin haberlo meditado, cuando después de celebrarlo con sus compañeros enseñó la camiseta a la grada del Bernabéu donde se encontraban los seguidores barcelonistas para demostrar de lo que había sido capaz", recalcó el rotativo español.
Fue una sensación de sobreponerse a todos los obstáculos que se le presentaron y adjudicarse una victoria clave ante Real Madrid. "Leo celebró así el gol histórico en el Bernabéu para mostrar su compromiso con el club y dejar en claro que con él no pueden", cerró en su portada.
(Reuters)
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