Inflación o actividad, esa va a ser la discusión económica de este año. Lo reconocen en la Casa Rosada y lo plantean en la oposición. Actividad quiere decir salarios, si hay o no recuperación del poder adquisitivo, lo que es el punto central en la preocupación de la enorme mayoría. También es clave de cara a las elecciones.
Ayer el ministro Nicolás Dujovne puso en blanco sobre negro algo que hasta ahora los funcionarios decían en reserva: el tope salarial de 17 o 18% es sólo para los trabajadores estatales, sean de Nación, provincias o municipios. “En ninguno de los tres niveles del Estado hay dinero, todos tenemos déficit, no podemos pagar más que ese monto, y por eso se llegó a ese acuerdo”, explican en el Gobierno nacional. Pero los privados van por otro carril, al menos hasta ahora.
Veamos. El martes pasado, el gremio de Seguros cerró una paritaria con alza del 35%. Igual porcentaje acordaron el mismo día los trabajadores de aguas gaseosas. Y también los de la línea aérea Latam. En este último caso, en el Gobierno creen necesario aclarar que “no había otra alternativa después de lo firmado por Aerolíneas”, evidenciando desavenencias con Isela Costantini. Es que los acuerdos cerrados por ella rompían el duro esquema salarial estatal que plantea el Ejecutivo. Lo mismo podría decirse de Carlos Melconian, que selló un convenio con los trabajadores bancarios que luego el ministerio de Trabajo desconoció. Aunque para los privados la discusión es más laxa, el 17/18 por ciento es inamovible para el fisco.
“La calle está muy violenta, y eso es lo que el Gobierno no parece entender con estos planteos”, dice un intendente peronista del GBA. “La paciencia es cada vez menor”, agrega un diputado PJ, de distinta línea interna.
La encuesta que hace el Banco Central indica que la expectativa promedio de los economistas es que la inflación sea este año 20.8%. Si los salarios crecieran por debajo, el poder de compra seguiría cayendo. “Si se le pone un techo del 17% en las paritarias el 2017 no va a ser un buen año para la industria”, lo puso en palabras el miércoles el titular de la Federación Industrial de Santa Fe, Guillermo Moretti. Una visión similar es planteada por Miguel Bein, un economista que asesoró a Daniel Scioli en su campaña, pero que ahora habla con muchos funcionarios de alto rango. “Bein está equivocado”, retrucó uno de los hombres que maneja la economía desde la Casa Rosada. “Nosotros lo vemos de otra manera”, agregó un ministro del gabinete nacional. ¿Cuál es ese punto de vista? Los funcionarios creen que sí habrá recuperación de los salarios frente a la inflación.
Es que ahí pesa la diferencia entre el tope a los estatales y la mayor flexibilidad para los privados. En principio, dicen los funcionarios, hay que ver que la situación es una película, no una foto. Los sueldos hoy siguen evolucionando al ritmo de las paritarias del año pasado: en diciembre crecieron un 32% comparados con 12 meses atrás. En noviembre había sido 34%. Los menores porcentajes de este año irán impactando en el bolsillo de la gente a medida que se firmen los acuerdos, que se pague cada cuota del acuerdo, y eso es un fluir a lo largo del año. En paralelo, dicen en la Casa Rosada, “se consolidará la baja de la inflación”. Insisten una y otra vez en que el ritmo de los precios del último semestre de 2016 fue 18% anual, y que continuará en niveles similares.
“Así, este año va a haber una recuperación real del poder de compra de los salarios de 3 o 4 por ciento”, dicen cerca del Presidente. ¿Cómo llegan a esa cuenta? El promedio de suba salarial que esperan para 2017 es de alrededor del 23%. En ese cálculo, por tanto, si los estatales cerraran en 18%, queda margen para ajustes más importantes para los privados. “Lo público tirará el promedio para abajo”, reconocen los funcionarios.
Eso tiene significancia política, claro. Porque con más dinero en el bolsillo, se vota con otro ánimo. No es ningún secreto. Pero eso también mueve los engranajes más amplios. El 70% de la economía local es consumo, y más plata en mano del público implica más consumo. Con esas expectativas es que en la Casa Rosada se atreven por estas horas a apostar a que la economía terminará el año con un alza de entre 3 y 4 por ciento.
Ese será el partido que se juegue durante todo el año. Más recuperación del salario es más actividad (y más intención de voto para el Gobierno). Pero en la Rosada destacan que “la inflación sigue siendo nuestra mayor preocupación”. Así, día a día irán midiendo ambas variables. “Actividad o inflación, ese será nuestro debate todo 2017”, concluyen
Ayer el ministro Nicolás Dujovne puso en blanco sobre negro algo que hasta ahora los funcionarios decían en reserva: el tope salarial de 17 o 18% es sólo para los trabajadores estatales, sean de Nación, provincias o municipios. “En ninguno de los tres niveles del Estado hay dinero, todos tenemos déficit, no podemos pagar más que ese monto, y por eso se llegó a ese acuerdo”, explican en el Gobierno nacional. Pero los privados van por otro carril, al menos hasta ahora.
Veamos. El martes pasado, el gremio de Seguros cerró una paritaria con alza del 35%. Igual porcentaje acordaron el mismo día los trabajadores de aguas gaseosas. Y también los de la línea aérea Latam. En este último caso, en el Gobierno creen necesario aclarar que “no había otra alternativa después de lo firmado por Aerolíneas”, evidenciando desavenencias con Isela Costantini. Es que los acuerdos cerrados por ella rompían el duro esquema salarial estatal que plantea el Ejecutivo. Lo mismo podría decirse de Carlos Melconian, que selló un convenio con los trabajadores bancarios que luego el ministerio de Trabajo desconoció. Aunque para los privados la discusión es más laxa, el 17/18 por ciento es inamovible para el fisco.
“La calle está muy violenta, y eso es lo que el Gobierno no parece entender con estos planteos”, dice un intendente peronista del GBA. “La paciencia es cada vez menor”, agrega un diputado PJ, de distinta línea interna.
La encuesta que hace el Banco Central indica que la expectativa promedio de los economistas es que la inflación sea este año 20.8%. Si los salarios crecieran por debajo, el poder de compra seguiría cayendo. “Si se le pone un techo del 17% en las paritarias el 2017 no va a ser un buen año para la industria”, lo puso en palabras el miércoles el titular de la Federación Industrial de Santa Fe, Guillermo Moretti. Una visión similar es planteada por Miguel Bein, un economista que asesoró a Daniel Scioli en su campaña, pero que ahora habla con muchos funcionarios de alto rango. “Bein está equivocado”, retrucó uno de los hombres que maneja la economía desde la Casa Rosada. “Nosotros lo vemos de otra manera”, agregó un ministro del gabinete nacional. ¿Cuál es ese punto de vista? Los funcionarios creen que sí habrá recuperación de los salarios frente a la inflación.
Es que ahí pesa la diferencia entre el tope a los estatales y la mayor flexibilidad para los privados. En principio, dicen los funcionarios, hay que ver que la situación es una película, no una foto. Los sueldos hoy siguen evolucionando al ritmo de las paritarias del año pasado: en diciembre crecieron un 32% comparados con 12 meses atrás. En noviembre había sido 34%. Los menores porcentajes de este año irán impactando en el bolsillo de la gente a medida que se firmen los acuerdos, que se pague cada cuota del acuerdo, y eso es un fluir a lo largo del año. En paralelo, dicen en la Casa Rosada, “se consolidará la baja de la inflación”. Insisten una y otra vez en que el ritmo de los precios del último semestre de 2016 fue 18% anual, y que continuará en niveles similares.
“Así, este año va a haber una recuperación real del poder de compra de los salarios de 3 o 4 por ciento”, dicen cerca del Presidente. ¿Cómo llegan a esa cuenta? El promedio de suba salarial que esperan para 2017 es de alrededor del 23%. En ese cálculo, por tanto, si los estatales cerraran en 18%, queda margen para ajustes más importantes para los privados. “Lo público tirará el promedio para abajo”, reconocen los funcionarios.
Eso tiene significancia política, claro. Porque con más dinero en el bolsillo, se vota con otro ánimo. No es ningún secreto. Pero eso también mueve los engranajes más amplios. El 70% de la economía local es consumo, y más plata en mano del público implica más consumo. Con esas expectativas es que en la Casa Rosada se atreven por estas horas a apostar a que la economía terminará el año con un alza de entre 3 y 4 por ciento.
Ese será el partido que se juegue durante todo el año. Más recuperación del salario es más actividad (y más intención de voto para el Gobierno). Pero en la Rosada destacan que “la inflación sigue siendo nuestra mayor preocupación”. Así, día a día irán midiendo ambas variables. “Actividad o inflación, ese será nuestro debate todo 2017”, concluyen
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