Los primeros días de diciembre del año pasado, la Municipalidad llegó a "El Gurisito" con la amenaza de que podría ser cerrado debido a un supuesto "riesgo sanitario" que debía "ser subsanado en el término de quince días".
El merendero pertenece a la asociación LGBT "De la calle a la dignidad" y, poco más de un mes después, la titular de la asociación, Dana Valiente, aseguró que el lugar no representa riesgo para los más de 30 niños que concurren diariamente y que presentará una denuncia en el Ministerio de Derechos Humanos contra la intendencia de Garupá ya que considera que van tras ellos, ya que “esos problemas los tiene todo el barrio porque acá nadie tiene drenaje cloacal”.
Mientras tanto, el merendero de la asociación sigue con su ayuda a los niños que se acercan. “Les damos pan, leche, dulces, preparamos cosas”, señaló la activista LGBT que aseguró que también colabora con otro merendero llamado “San Ramón” ubicado en el barrio Villa Poujade, al que asisten alrededor de 60 chicos.
Por otro lado, Dana insistió en su reclamo porque “la gente respete la identidad autopercibida. Es un derecho que se debe respetar”. Señaló que han realizado capacitaciones con la Policía y que, en situaciones, ha mejorado el trato. Sin embargo, en boliches o locales, “se agarran del derecho de admisión para violar nuestros derechos”.
El merendero pertenece a la asociación LGBT "De la calle a la dignidad" y, poco más de un mes después, la titular de la asociación, Dana Valiente, aseguró que el lugar no representa riesgo para los más de 30 niños que concurren diariamente y que presentará una denuncia en el Ministerio de Derechos Humanos contra la intendencia de Garupá ya que considera que van tras ellos, ya que “esos problemas los tiene todo el barrio porque acá nadie tiene drenaje cloacal”.
Mientras tanto, el merendero de la asociación sigue con su ayuda a los niños que se acercan. “Les damos pan, leche, dulces, preparamos cosas”, señaló la activista LGBT que aseguró que también colabora con otro merendero llamado “San Ramón” ubicado en el barrio Villa Poujade, al que asisten alrededor de 60 chicos.
Por otro lado, Dana insistió en su reclamo porque “la gente respete la identidad autopercibida. Es un derecho que se debe respetar”. Señaló que han realizado capacitaciones con la Policía y que, en situaciones, ha mejorado el trato. Sin embargo, en boliches o locales, “se agarran del derecho de admisión para violar nuestros derechos”.
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