Nació como una pieza de lencería y rápidamente revolucionó la industria, hoy es parte del guardarropas de verano. Desde Candelaria Tinelli hasta la top internacional Alessandra Ambrosio se inclinan por esta tendencia a la hora de ir a playa
La fiebre por los famosos bralettes –una especie de top para ser visto- que surgió a principios del 2016 adoptaron otra versión. Hoy se convirtieron en la nueva prenda hot del verano. Una pieza versátil que lucen desde Candelaria Tinelli en Punta del Este hasta a la top model brasileña Alessandra Ambrosio en Florianópolis para disfrutar del verano.
En los últimos años, la ropa interior cobró protagonismo hasta independizarse del ostracismo y salir definitivamente a la luz. Los corpiños fueron adaptados en piezas más delicadas y con el fin de exhibirse. Dejaron de cumplir su función primordial de "contención" y se impusieron como una prenda indispensable en el placard de las mujeres.
El cambio de paradigma en los canones de belleza es un hecho. La magnitud y el volumen, furor en la década de los 90, ya no son sinónimo de belleza. Las mujeres que tienen poco busto lo lucen con orgullo. Lo natural gana espacio en todos los terrenos de la moda. De esta manera, grandes firmas de lencería se sumaron a esta tendencia implementando en sus colecciones nada de relleno en sus piezas.
Más allá de uso de playa, las famosas también los lucen con faldas, shorts o pantalones tiro alto, como una especie de crop top ya que justamente se creó para ser vista. La espalda toma relevancia adoptando diversos diseños, con volados, cruzado o tipo deportivo, poniendo el foco de atención.
La fiebre por los famosos bralettes –una especie de top para ser visto- que surgió a principios del 2016 adoptaron otra versión. Hoy se convirtieron en la nueva prenda hot del verano. Una pieza versátil que lucen desde Candelaria Tinelli en Punta del Este hasta a la top model brasileña Alessandra Ambrosio en Florianópolis para disfrutar del verano.
En los últimos años, la ropa interior cobró protagonismo hasta independizarse del ostracismo y salir definitivamente a la luz. Los corpiños fueron adaptados en piezas más delicadas y con el fin de exhibirse. Dejaron de cumplir su función primordial de "contención" y se impusieron como una prenda indispensable en el placard de las mujeres.
El cambio de paradigma en los canones de belleza es un hecho. La magnitud y el volumen, furor en la década de los 90, ya no son sinónimo de belleza. Las mujeres que tienen poco busto lo lucen con orgullo. Lo natural gana espacio en todos los terrenos de la moda. De esta manera, grandes firmas de lencería se sumaron a esta tendencia implementando en sus colecciones nada de relleno en sus piezas.
Más allá de uso de playa, las famosas también los lucen con faldas, shorts o pantalones tiro alto, como una especie de crop top ya que justamente se creó para ser vista. La espalda toma relevancia adoptando diversos diseños, con volados, cruzado o tipo deportivo, poniendo el foco de atención.
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