Este jueves, el juez de Instrucción Uno de Posadas, Marcelo Cardozo, le dictó la prisión preventiva a los dos imputados detenidos en el marco de la causa por el homicidio del ingeniero informático Javier Pauluk (35), ocurrido en Semana Santa de 2009 en la capital provincial.
La medida, que fue notificada hace instantes a los acusados, alcanza al remisero obereño Jorge David Martínez (36) y a la integrante de la comunidad gitana Patricia “Lola” Miguel (39).
El argumento de Cardozo es que hay riesgo procesal de fuga y de entorpecimiento de la investigación si ambos son liberados y que por eso decide tenerlos tras las rejas.
Martínez y Miguel están imputados como partícipes secundarios del delito de “homicidio simple”. Ambos fueron detenidos luego de que se conociera el resultado de una pericia telefónica que concluyó que por las manos de ambos pasó el celular de la víctima luego del crimen.
En el caso del remisero, se lo acusa de haber utilizado el aparato poco después del crimen, ocurrido el 10 de abril de 2009. Y a la gitana le imputan haber utilizado el teléfono pasados unos tres días del hecho, algo que ella lo negó en su indagatoria.
Fuentes judiciales indicaron que incluso hay entrecruzamientos que mostrarían contactos entre ambos después del asesinato. Ahora, las pesquisas apuntan a otras personas con las que ellos también se contactaron.
Pauluk fue asesinado de un balazo en la nuca y abandonado dentro de un coche, cerca del cruce entre las céntricas calles de Buenos Aires y Catamarca. Hasta ahora se desconoce el motivo y quién jaló del gatillo.
La medida, que fue notificada hace instantes a los acusados, alcanza al remisero obereño Jorge David Martínez (36) y a la integrante de la comunidad gitana Patricia “Lola” Miguel (39).
El argumento de Cardozo es que hay riesgo procesal de fuga y de entorpecimiento de la investigación si ambos son liberados y que por eso decide tenerlos tras las rejas.
Martínez y Miguel están imputados como partícipes secundarios del delito de “homicidio simple”. Ambos fueron detenidos luego de que se conociera el resultado de una pericia telefónica que concluyó que por las manos de ambos pasó el celular de la víctima luego del crimen.
En el caso del remisero, se lo acusa de haber utilizado el aparato poco después del crimen, ocurrido el 10 de abril de 2009. Y a la gitana le imputan haber utilizado el teléfono pasados unos tres días del hecho, algo que ella lo negó en su indagatoria.
Fuentes judiciales indicaron que incluso hay entrecruzamientos que mostrarían contactos entre ambos después del asesinato. Ahora, las pesquisas apuntan a otras personas con las que ellos también se contactaron.
Pauluk fue asesinado de un balazo en la nuca y abandonado dentro de un coche, cerca del cruce entre las céntricas calles de Buenos Aires y Catamarca. Hasta ahora se desconoce el motivo y quién jaló del gatillo.
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