A poco más de un mes de culminar el 2016, los intendentes misioneros miraron hacia atrás y realizaron un balance de lo que se pudo hacer en cuanto a obras públicas.
Tras congelarse el envío de fondos nacionales para ese fin, y con la desaparición del Ministerio de Planificación Nacional, muchas fueron las construcciones que quedaron a medias e incluso algunas ni siquiera pudieron iniciarse.
Asimismo, en lo que refiere a fondos provinciales, algunas pudieron comenzar, pero se frenaron cuando el Gobierno provincial se vio ahogado por el retraso en recursos de coparticipación y otras financiaciones.
Entre otras cosas, los alcaldes lamentaron obras de gran importancia, como la construcción de hospitales, escuelas, centros cívicos y viviendas, todos proyectos presentados y aprobados, pero sin fondos, pese a que los Ejecutivos comunales los gestionaron para, justamente, evitar perder la inversión.
No obstante, indicaron que con el fondo de la soja y la escasa recaudación pudieron paliar necesidades primarias, como el arreglo de caminos para sacar la producción y la limpieza de arroyos para evitar el desborde en días de lluvia.
“La gente de la Nación viene, habla de obras majestuosas, millones de pesos y dólares, y nosotros acá, intentando que el agua potable llegue a todas las casitas. Nos prometen cosas que nos hacen soñar lejos de nuestras posibilidades, pero no ven la necesidad real de la gente y eso es lo que más nos preocupa”, dijo el intendente de Colonia Aurora, Jorge Kramer. Al tiempo que lamentó: “Ojalá Dios quiera que el año que viene nos ayuden, uno ve lo que sufre la gente, lo que necesita y no tener cómo ayudarlos. Si sigue esto así, tan mal, mi corazón no va a aguantar”.
Año perdido
Si bien los municipios más grandes pueden arreglarse de cierta forma con la recaudación, es una posibilidad con la que los pueblos más chicos no pueden contar. Carlos Fassa, intendente de Azara, aseguró que este “fue un año perdido” y que “desde hace unos meses ya que los municipios comenzamos a ansiar la llegada del 2017”.
“Se repararon caminos, pero con lo que nos llega de fondo de la soja porque necesitábamos. Pero desde la Nación, cero, nada. La Provincia por su parte tampoco nos pudo ayudar con viviendas, pero sí Vialidad Provincial nos colaboró con las rutas, que significó mucho para nosotros”, destacó.
Alejandro Arnhold, de Capioví, sostuvo que “nos quedamos con ganas de concretar el nuevo hospital, la comisaría y el edificio municipal, porque eran obras de la Provincia y Nación, pero no hubo nada”. En ese sentido, dijo que lo que refiere a los saltos, terminal y caminos se realizó “con lo poco que tenemos”.
Tal es el caso del municipio de Campo Ramón, donde existen varios proyectos paralizados entre los cuales se destacan empedrado y viviendas en Villa Bonita y el edificio de la nueva Municipalidad, un proyecto que comenzó hace varios años y que se frenó con el cambio de Gobierno nacional. Desde Bonpland, el intendente José Schiro remarcó que “fue un año difícil, negativo, con muchas obras importantes paralizadas, por lo que nos arreglamos con nuestras máquinas para arreglar balnearios y caminos”.
Situación similar se dio en Montecarlo, donde están frenadas obras de importante infraestructura que fueron proyectadas con financiación nacional como el nuevo Hospital Nivel 3. En este caso, la Provincia se comprometió a culminar las obras con sus recursos, teniendo en cuenta que se trata de una construcción de gran importancia.
Recursos propios
En tanto, el alcalde Carlos Fernández, de Oberá, dijo que pese a la difícil situación, “hemos hecho la reconstrucción de la avenida Andresito con recursos propios y el equipo técnico de la Municipalidad. Es la obra que podemos remarcar como un gran esfuerzo de todos los obereños”, y señaló que hay en carpeta varios proyectos para los cuales solamente falta la llegada de la financiación, como desagües fluviales, un nuevo poliderpotivo para competencias nacionales y la construcción del edificio municipal.
De la misma manera, Daniel Luna, administrador comunal de Candelaria, resaltó que se trabajó mucho en limpieza, entubados, entoscados y calles nuevas con los fondos de la soja y la recaudación.
“Estamos expectantes por la licitación de 32 cuadras de asfalto que vendría desde el Ministerio del Interior, está todo dado para que en cualquier momento salga”, dijo esperanzado.
De la misma manera, Juan Carlos Ríos, intendente de Campo Viera, coincidió en que “este año es muy particular por los cambios de gobiernos, con una economía que se fue complicando. Esto hizo que hayan dificultades más que nada por los programas que podemos gestionar con Provincia y Nación”.
Por ese motivo, contó que con recursos propios se terminaron algunas obras pertenecientes a planes que habían quedado paradas pero eran necesarias para la población. No obstante, determinó que aún quedan otras por seguir, como la terminal de ómnibus.
“Fue un año duro, pero tratamos de terminar las obras que nos dejó la gestión anterior, de este año no pudimos empezar nada, no recibimos nada de Nación y tampoco pudimos avanzar mucho en la Provincia”, remarcó el alcalde Ramón Gerega, de Tres Capones.
Proyectos
De acuerdo a lo que afirmó semanas atrás el titular del Plan Belgrano, José Cano, “el año entrante habrá una explosión en la obra pública”. Quienes más esperan que realmente sea así son los jefes comunales, que ya presentaron proyectos e impulsan iniciativas para que finalmente las pequeñas comunas sean vistas por ojos nacionales.
“Entre otras cosas, insistimos en la construcción de viviendas y en la instalación de una red de agua potable, son cosas básicas pero que en el pueblo no tenemos, el 80 por ciento de las tierras habitadas aquí son fiscales”, resaltó Fassa, de Azara.
Asimismo, Ricardo Waidelich, intendente de Caraguatay, remarcó que tienen varios proyectos en carpeta, priorizando la seguridad vial, con el mejoramiento de rutas y cartelería, iluminación y viviendas.
De igual forma, el intendente de Bernardo de Irigoyen, Guillermo Fernández, indicó que “ el principal problema que enfrentan es en materia de servicios en la localidad y se produce por la falta de inversiones, ya que la deficiencia de energía afecta el bombeo del agua potable a los tanques de los barrios más lejanos”.
“Estamos trabajando en dos perforaciones en los barrios Vista Alegre y Obrero, tenemos un proyecto aprobado por parte del Enohsa (Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento) de catorce pozos perforados con una inversión total de 7 millones de pesos, de los cuales ya se recibió una primera partida de 1.700.000, pero ahora la obra está parada desde hace un año, esperamos que el Gobierno nacional deposite los fondos que faltan”, contó el jefe comunal.
Pese a todo esto, los alcaldes no pierden las expectativas y esperan el 2017 con ansias de reactivar las obras pendientes en sus municipios. Tal como los manifestó el intendente Arnhold, de Capioví, “aunque no se vislumbran grandes cambios a corto plazo, la esperanza es lo último que se pierde”.
En 12 meses, 445 constructoras en crisis
Según lo constató un informe elaborado por el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), en lo que va del 2016, al menos 445 empresas de la construcción cerraron o presentaron quiebra, lo que impactó negativamente en la generación de empleo en el sector.
El cierre de empresas hizo caer en octubre un 2 por ciento la cantidad de empleadores en uno de los rubros más dinámicos de la economía, en comparación con el mismo mes del año pasado, señaló el órgano.
Pese a que el número es alarmante, sigue resultando escaso en comparación con años anteriores.
De acuerdo a lo que sostiene el Ieric, en igual período de 2014 lo habían hecho 1.920 firmas y en 2009, 3.124.
fuente:TD
Tras congelarse el envío de fondos nacionales para ese fin, y con la desaparición del Ministerio de Planificación Nacional, muchas fueron las construcciones que quedaron a medias e incluso algunas ni siquiera pudieron iniciarse.
Asimismo, en lo que refiere a fondos provinciales, algunas pudieron comenzar, pero se frenaron cuando el Gobierno provincial se vio ahogado por el retraso en recursos de coparticipación y otras financiaciones.
Entre otras cosas, los alcaldes lamentaron obras de gran importancia, como la construcción de hospitales, escuelas, centros cívicos y viviendas, todos proyectos presentados y aprobados, pero sin fondos, pese a que los Ejecutivos comunales los gestionaron para, justamente, evitar perder la inversión.
No obstante, indicaron que con el fondo de la soja y la escasa recaudación pudieron paliar necesidades primarias, como el arreglo de caminos para sacar la producción y la limpieza de arroyos para evitar el desborde en días de lluvia.
“La gente de la Nación viene, habla de obras majestuosas, millones de pesos y dólares, y nosotros acá, intentando que el agua potable llegue a todas las casitas. Nos prometen cosas que nos hacen soñar lejos de nuestras posibilidades, pero no ven la necesidad real de la gente y eso es lo que más nos preocupa”, dijo el intendente de Colonia Aurora, Jorge Kramer. Al tiempo que lamentó: “Ojalá Dios quiera que el año que viene nos ayuden, uno ve lo que sufre la gente, lo que necesita y no tener cómo ayudarlos. Si sigue esto así, tan mal, mi corazón no va a aguantar”.
Año perdido
Si bien los municipios más grandes pueden arreglarse de cierta forma con la recaudación, es una posibilidad con la que los pueblos más chicos no pueden contar. Carlos Fassa, intendente de Azara, aseguró que este “fue un año perdido” y que “desde hace unos meses ya que los municipios comenzamos a ansiar la llegada del 2017”.
“Se repararon caminos, pero con lo que nos llega de fondo de la soja porque necesitábamos. Pero desde la Nación, cero, nada. La Provincia por su parte tampoco nos pudo ayudar con viviendas, pero sí Vialidad Provincial nos colaboró con las rutas, que significó mucho para nosotros”, destacó.
Alejandro Arnhold, de Capioví, sostuvo que “nos quedamos con ganas de concretar el nuevo hospital, la comisaría y el edificio municipal, porque eran obras de la Provincia y Nación, pero no hubo nada”. En ese sentido, dijo que lo que refiere a los saltos, terminal y caminos se realizó “con lo poco que tenemos”.
Tal es el caso del municipio de Campo Ramón, donde existen varios proyectos paralizados entre los cuales se destacan empedrado y viviendas en Villa Bonita y el edificio de la nueva Municipalidad, un proyecto que comenzó hace varios años y que se frenó con el cambio de Gobierno nacional. Desde Bonpland, el intendente José Schiro remarcó que “fue un año difícil, negativo, con muchas obras importantes paralizadas, por lo que nos arreglamos con nuestras máquinas para arreglar balnearios y caminos”.
Situación similar se dio en Montecarlo, donde están frenadas obras de importante infraestructura que fueron proyectadas con financiación nacional como el nuevo Hospital Nivel 3. En este caso, la Provincia se comprometió a culminar las obras con sus recursos, teniendo en cuenta que se trata de una construcción de gran importancia.
Recursos propios
En tanto, el alcalde Carlos Fernández, de Oberá, dijo que pese a la difícil situación, “hemos hecho la reconstrucción de la avenida Andresito con recursos propios y el equipo técnico de la Municipalidad. Es la obra que podemos remarcar como un gran esfuerzo de todos los obereños”, y señaló que hay en carpeta varios proyectos para los cuales solamente falta la llegada de la financiación, como desagües fluviales, un nuevo poliderpotivo para competencias nacionales y la construcción del edificio municipal.
De la misma manera, Daniel Luna, administrador comunal de Candelaria, resaltó que se trabajó mucho en limpieza, entubados, entoscados y calles nuevas con los fondos de la soja y la recaudación.
“Estamos expectantes por la licitación de 32 cuadras de asfalto que vendría desde el Ministerio del Interior, está todo dado para que en cualquier momento salga”, dijo esperanzado.
De la misma manera, Juan Carlos Ríos, intendente de Campo Viera, coincidió en que “este año es muy particular por los cambios de gobiernos, con una economía que se fue complicando. Esto hizo que hayan dificultades más que nada por los programas que podemos gestionar con Provincia y Nación”.
Por ese motivo, contó que con recursos propios se terminaron algunas obras pertenecientes a planes que habían quedado paradas pero eran necesarias para la población. No obstante, determinó que aún quedan otras por seguir, como la terminal de ómnibus.
“Fue un año duro, pero tratamos de terminar las obras que nos dejó la gestión anterior, de este año no pudimos empezar nada, no recibimos nada de Nación y tampoco pudimos avanzar mucho en la Provincia”, remarcó el alcalde Ramón Gerega, de Tres Capones.
Proyectos
De acuerdo a lo que afirmó semanas atrás el titular del Plan Belgrano, José Cano, “el año entrante habrá una explosión en la obra pública”. Quienes más esperan que realmente sea así son los jefes comunales, que ya presentaron proyectos e impulsan iniciativas para que finalmente las pequeñas comunas sean vistas por ojos nacionales.
“Entre otras cosas, insistimos en la construcción de viviendas y en la instalación de una red de agua potable, son cosas básicas pero que en el pueblo no tenemos, el 80 por ciento de las tierras habitadas aquí son fiscales”, resaltó Fassa, de Azara.
Asimismo, Ricardo Waidelich, intendente de Caraguatay, remarcó que tienen varios proyectos en carpeta, priorizando la seguridad vial, con el mejoramiento de rutas y cartelería, iluminación y viviendas.
De igual forma, el intendente de Bernardo de Irigoyen, Guillermo Fernández, indicó que “ el principal problema que enfrentan es en materia de servicios en la localidad y se produce por la falta de inversiones, ya que la deficiencia de energía afecta el bombeo del agua potable a los tanques de los barrios más lejanos”.
“Estamos trabajando en dos perforaciones en los barrios Vista Alegre y Obrero, tenemos un proyecto aprobado por parte del Enohsa (Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento) de catorce pozos perforados con una inversión total de 7 millones de pesos, de los cuales ya se recibió una primera partida de 1.700.000, pero ahora la obra está parada desde hace un año, esperamos que el Gobierno nacional deposite los fondos que faltan”, contó el jefe comunal.
Pese a todo esto, los alcaldes no pierden las expectativas y esperan el 2017 con ansias de reactivar las obras pendientes en sus municipios. Tal como los manifestó el intendente Arnhold, de Capioví, “aunque no se vislumbran grandes cambios a corto plazo, la esperanza es lo último que se pierde”.
En 12 meses, 445 constructoras en crisis
Según lo constató un informe elaborado por el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), en lo que va del 2016, al menos 445 empresas de la construcción cerraron o presentaron quiebra, lo que impactó negativamente en la generación de empleo en el sector.
El cierre de empresas hizo caer en octubre un 2 por ciento la cantidad de empleadores en uno de los rubros más dinámicos de la economía, en comparación con el mismo mes del año pasado, señaló el órgano.
Pese a que el número es alarmante, sigue resultando escaso en comparación con años anteriores.
De acuerdo a lo que sostiene el Ieric, en igual período de 2014 lo habían hecho 1.920 firmas y en 2009, 3.124.
fuente:TD
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