Antes de finalizar su visita a Roma, El Presidente dijo que luego de su encuentro con Francisco se terminaron las especulaciones, habló de la economía y los eventuales cambios de gabinete. Y pronosticó: “El año que viene nos va a ir muy bien”
"Estoy para una siestita". Mauricio Macri está extenuado. Se desploma en uno de los sillones del bar del coqueto Hotel De Russie, a metros de la Piazza del Popolo, y estira las piernas. Lo acompañan su vocero, Iván Pavlovsky, y Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos. Volvió hace minutos de almorzar en el restaurante "Pierluigi", en los alrededores de Campo di Fiori, con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, su antecesor, José Manuel De la Sota, el intendente Ramón Mestre y la comitiva argentina que lo acompañó hasta Roma.
"Ayer comimos millones de platos, nunca comí tanto en mi vida", cuenta Macri en alusión a la cena que en la noche del sábado compartió con Mateo Renzi y sus respectivas mujeres. El jefe de Estado y el primer ministro de Italia viajaron primero en helicóptero y luego en avión para cenar durante un par de horas en un selecto restaurante de Florencia, a 270 kilómetros de esta capital italiana. Macri volvió al De Russie a las 2 de la mañana del domingo. Ocho horas después participaría de la canonización del cura cordobés José Gabriel Brochero, en la misa presidida por el Papa Francisco en la Plaza San Pedro, bajo un sol de otoño demoledor. Fue el segundo encuentro entre Su Santidad y el Presidente en 24 horas.
"Siempre es positivo charlar con él", dice Macri en una entrevista con Infobae y otros dos enviados a Roma. Una señal de que el Gobierno se va de Roma con el objetivo cumplido. "Espero que sí, que se hayan terminado las especulaciones. Eso no es parte de mi tarea. Me parece que claramente se percibió un clima distendido", agrega el mandatario ya entrada la tarde, a un par de horas de dejar la Ciudad Eterna, embarcarse en el avión de Alitalia que lo devuelva a Buenos Aires, y dar por finalizada su visita a Italia.
– ¿Hablaron con Su Santidad de todas las especulaciones que se generaron en estos meses?
No, no. Ya habíamos hablado por teléfono un par de veces. Hablamos de la agenda, de la importancia de seguir generando la mejora en la convivencia entre los argentinos. También hablamos del combate a la corrupción, que tiene que ser un antes y un después, pero que tiene que ser hecho desde el ejemplo por mi gobierno, y lo sancionatorio desde la Justicia, sin intromisión de la política. Y él me dijo "estamos igual, yo tengo la misma idea, yo no tengo nada que ver, los jueces no tienen por qué andar buscando que les bajen línea como algunos dicen". La Justicia es independiente, tiene que hacerse cargo. Y en los tiempos razonables.
– ¿Sigue esperando que algunos jueces den un paso al costado?
Siempre estamos abiertos a que haya renovación. Igual tenemos mucho por completar.
– Ayer (por el sábado) habló en la conferencia de prensa de los mensajeros del Papa, ¿a qué se refería? Los interlocutores que hasta ahora había, ¿generaron algún ruido en la relación?
Más que ruidos, aturdieron. Acá ha habido personajes que se atribuyeron ser representantes del Papa y se han pasado dos o tres años diciendo una cantidad de cosas, frente a un Vaticano que no sale a decir "esto no es así". Pero lentamente chocando con la realidad se fueron estableciendo las cosas.
– ¿Quedaron en encarar un diálogo más fluido?
Sí, sí. Pero hay que entender que él tiene un rol distinto. No está para que algunos lo estén molestando cada 15 días con temas de la Argentina. Está claro que yo he sido siempre muy respetuoso de entender que él es el Papa de todos los fieles del mundo.
– Usted le trajo unos mapas de la gestión en infraestructura, ¿vino a validar el trabajo que está haciendo?
Como jefe de Gobierno iba a charlar con él y le contaba lo que estaba haciendo, y él me daba su opinión. No hice nada distinto de lo que ha sido mi relación de años. Hemos tenido muchas reuniones.
– La frase final de "fuerza y para adelante", ¿lo sintió como un respaldo a qué?
Un respaldo a todo. Le dejé todos los papeles de todo lo que habíamos ampliado la ayuda social y le pareció muy bueno. Pero coincidimos que es muy bueno si es transitorio. Si acá no se consigue crear trabajo bueno es un desastre.
– Pasemos a la economía. ¿Inflación y déficit fiscal siguen siendo los desafíos más grandes?
Sí, el desafío más grande es poner a crecer al país y generar trabajo en cantidad y en espacio geográfico integral del país. Como condición necesario es bajar la inflación, que creo que hemos sido muy exitosos. Déficit fiscal es una materia pendiente.
– ¿Se demoró más de lo que pensaba?
No, estamos cumpliendo la meta del 4,8 (por ciento), pero hay que entender que es 4,8 menos, no 4,8 más. Hay que bajarlo.
– ¿La situación social heredada condicionó la meta del déficit?
Sin duda. Lo que estamos discutiendo no es un cambio económico, es un cambio cultural, y eso lleva tiempo. Gracias a la buena relación que hemos trabado con el mundo, están dispuestos a acompañarnos gradualmente en este proceso. Todo ese debate espero que en el Congreso, en la política más amplia, en la sociedad en general se vaya dando cada vez más. Que se discuta. ¿Vamos a hacer un centro cultural? ¿Se necesita, hay otros? ¿Cuánto va a costar? ¿Cuánto cuesta mantenerlo después? ¿Escucharon esas discusiones alrededor del Centro Cultural Néstor Kirchner? No. El lugar tiene cosas increíbles, nadie lo puede discutir, pero ¿era prioridad con tanta gente sin casas, sin agua potable? Ese tipo de cosas sigamos creciendo y madurando, no tiene que ser una exclusiva decisión del presidente, porque sino que te hace un Centro Cultural Iván Pavlovsky (Macri ríe y su vocero festeja la humorada).
– Se vienen midiendo con el sindicalismo, ¿cómo está la relación con la CGT?
Yo tengo fe en la prudencia de ellos, en el entendimiento de lo que falta, del diagnóstico, y siento que sector por sector vamos a ir avanzando en acuerdos que mejoren las condiciones para que haya más empleo.
– ¿Se viene la mesa de diálogo?
Sí, ya está publicada por decreto. Igual ya en varios sectores está sucediendo.
– Se dijo que usted tenía cierto enojo con el área de Producción por no tener resultados más importantes en estos días, ¿es cierto eso?
No sé de donde salió, pero no.
– Esto de los "brotes verdes", que aparentemente no terminan de germinar como algunos están esperando.
Hay que desarrollar la paciencia, que es un elemento siempre muy importante. Argentina viene de más de un lustro sin crecimiento, saboteándose con un sistema perverso de información errónea, falsa, tergiversada, violando institucionalmente los controles que tenía el país. Más allá de que soy el primer ansioso, haber empezado a remontar el avión lentamente es más que positivo.
– ¿Hay preocupación por la situación social de fin de año, en diciembre?
Más allá de ocuparnos, que nos vamos a ocupar, hay poca preocupación. Nunca se ha visto una Argentina con tal nivel de tranquilidad en la convivencia. Con cualquier intento artificial de algún sector minoritario, vamos a estar listos para resolverlo.
– El año que viene hay elecciones legislativas, ¿cómo se imagina en un año?
Falta mucho. Nos va a ir muy bien.
– Trascendió que varios ministros van a salir a hacer campaña, ¿usted avanzaría con la primera renovación del gabinete si esto fuera así? ¿Lo está pensando?
Campaña van a hacer todos. Poca, porque priorizo para que se trabajen los problemas de la gente, y van a haber muy pocos ministros que van a ser candidatos.
– ¿Pocos?
Sí, hay casos específicos. El gabinete está muy bien.
"Estoy para una siestita". Mauricio Macri está extenuado. Se desploma en uno de los sillones del bar del coqueto Hotel De Russie, a metros de la Piazza del Popolo, y estira las piernas. Lo acompañan su vocero, Iván Pavlovsky, y Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos. Volvió hace minutos de almorzar en el restaurante "Pierluigi", en los alrededores de Campo di Fiori, con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, su antecesor, José Manuel De la Sota, el intendente Ramón Mestre y la comitiva argentina que lo acompañó hasta Roma.
"Ayer comimos millones de platos, nunca comí tanto en mi vida", cuenta Macri en alusión a la cena que en la noche del sábado compartió con Mateo Renzi y sus respectivas mujeres. El jefe de Estado y el primer ministro de Italia viajaron primero en helicóptero y luego en avión para cenar durante un par de horas en un selecto restaurante de Florencia, a 270 kilómetros de esta capital italiana. Macri volvió al De Russie a las 2 de la mañana del domingo. Ocho horas después participaría de la canonización del cura cordobés José Gabriel Brochero, en la misa presidida por el Papa Francisco en la Plaza San Pedro, bajo un sol de otoño demoledor. Fue el segundo encuentro entre Su Santidad y el Presidente en 24 horas.
"Siempre es positivo charlar con él", dice Macri en una entrevista con Infobae y otros dos enviados a Roma. Una señal de que el Gobierno se va de Roma con el objetivo cumplido. "Espero que sí, que se hayan terminado las especulaciones. Eso no es parte de mi tarea. Me parece que claramente se percibió un clima distendido", agrega el mandatario ya entrada la tarde, a un par de horas de dejar la Ciudad Eterna, embarcarse en el avión de Alitalia que lo devuelva a Buenos Aires, y dar por finalizada su visita a Italia.
– ¿Hablaron con Su Santidad de todas las especulaciones que se generaron en estos meses?
No, no. Ya habíamos hablado por teléfono un par de veces. Hablamos de la agenda, de la importancia de seguir generando la mejora en la convivencia entre los argentinos. También hablamos del combate a la corrupción, que tiene que ser un antes y un después, pero que tiene que ser hecho desde el ejemplo por mi gobierno, y lo sancionatorio desde la Justicia, sin intromisión de la política. Y él me dijo "estamos igual, yo tengo la misma idea, yo no tengo nada que ver, los jueces no tienen por qué andar buscando que les bajen línea como algunos dicen". La Justicia es independiente, tiene que hacerse cargo. Y en los tiempos razonables.
– ¿Sigue esperando que algunos jueces den un paso al costado?
Siempre estamos abiertos a que haya renovación. Igual tenemos mucho por completar.
– Ayer (por el sábado) habló en la conferencia de prensa de los mensajeros del Papa, ¿a qué se refería? Los interlocutores que hasta ahora había, ¿generaron algún ruido en la relación?
Más que ruidos, aturdieron. Acá ha habido personajes que se atribuyeron ser representantes del Papa y se han pasado dos o tres años diciendo una cantidad de cosas, frente a un Vaticano que no sale a decir "esto no es así". Pero lentamente chocando con la realidad se fueron estableciendo las cosas.
– ¿Quedaron en encarar un diálogo más fluido?
Sí, sí. Pero hay que entender que él tiene un rol distinto. No está para que algunos lo estén molestando cada 15 días con temas de la Argentina. Está claro que yo he sido siempre muy respetuoso de entender que él es el Papa de todos los fieles del mundo.
– Usted le trajo unos mapas de la gestión en infraestructura, ¿vino a validar el trabajo que está haciendo?
Como jefe de Gobierno iba a charlar con él y le contaba lo que estaba haciendo, y él me daba su opinión. No hice nada distinto de lo que ha sido mi relación de años. Hemos tenido muchas reuniones.
– La frase final de "fuerza y para adelante", ¿lo sintió como un respaldo a qué?
Un respaldo a todo. Le dejé todos los papeles de todo lo que habíamos ampliado la ayuda social y le pareció muy bueno. Pero coincidimos que es muy bueno si es transitorio. Si acá no se consigue crear trabajo bueno es un desastre.
– Pasemos a la economía. ¿Inflación y déficit fiscal siguen siendo los desafíos más grandes?
Sí, el desafío más grande es poner a crecer al país y generar trabajo en cantidad y en espacio geográfico integral del país. Como condición necesario es bajar la inflación, que creo que hemos sido muy exitosos. Déficit fiscal es una materia pendiente.
– ¿Se demoró más de lo que pensaba?
No, estamos cumpliendo la meta del 4,8 (por ciento), pero hay que entender que es 4,8 menos, no 4,8 más. Hay que bajarlo.
– ¿La situación social heredada condicionó la meta del déficit?
Sin duda. Lo que estamos discutiendo no es un cambio económico, es un cambio cultural, y eso lleva tiempo. Gracias a la buena relación que hemos trabado con el mundo, están dispuestos a acompañarnos gradualmente en este proceso. Todo ese debate espero que en el Congreso, en la política más amplia, en la sociedad en general se vaya dando cada vez más. Que se discuta. ¿Vamos a hacer un centro cultural? ¿Se necesita, hay otros? ¿Cuánto va a costar? ¿Cuánto cuesta mantenerlo después? ¿Escucharon esas discusiones alrededor del Centro Cultural Néstor Kirchner? No. El lugar tiene cosas increíbles, nadie lo puede discutir, pero ¿era prioridad con tanta gente sin casas, sin agua potable? Ese tipo de cosas sigamos creciendo y madurando, no tiene que ser una exclusiva decisión del presidente, porque sino que te hace un Centro Cultural Iván Pavlovsky (Macri ríe y su vocero festeja la humorada).
– Se vienen midiendo con el sindicalismo, ¿cómo está la relación con la CGT?
Yo tengo fe en la prudencia de ellos, en el entendimiento de lo que falta, del diagnóstico, y siento que sector por sector vamos a ir avanzando en acuerdos que mejoren las condiciones para que haya más empleo.
– ¿Se viene la mesa de diálogo?
Sí, ya está publicada por decreto. Igual ya en varios sectores está sucediendo.
– Se dijo que usted tenía cierto enojo con el área de Producción por no tener resultados más importantes en estos días, ¿es cierto eso?
No sé de donde salió, pero no.
– Esto de los "brotes verdes", que aparentemente no terminan de germinar como algunos están esperando.
Hay que desarrollar la paciencia, que es un elemento siempre muy importante. Argentina viene de más de un lustro sin crecimiento, saboteándose con un sistema perverso de información errónea, falsa, tergiversada, violando institucionalmente los controles que tenía el país. Más allá de que soy el primer ansioso, haber empezado a remontar el avión lentamente es más que positivo.
– ¿Hay preocupación por la situación social de fin de año, en diciembre?
Más allá de ocuparnos, que nos vamos a ocupar, hay poca preocupación. Nunca se ha visto una Argentina con tal nivel de tranquilidad en la convivencia. Con cualquier intento artificial de algún sector minoritario, vamos a estar listos para resolverlo.
– El año que viene hay elecciones legislativas, ¿cómo se imagina en un año?
Falta mucho. Nos va a ir muy bien.
– Trascendió que varios ministros van a salir a hacer campaña, ¿usted avanzaría con la primera renovación del gabinete si esto fuera así? ¿Lo está pensando?
Campaña van a hacer todos. Poca, porque priorizo para que se trabajen los problemas de la gente, y van a haber muy pocos ministros que van a ser candidatos.
– ¿Pocos?
Sí, hay casos específicos. El gabinete está muy bien.