Con el regreso goleador de Tevez, Boca venció a Banfield y avanzó a octavos de final

El Apache volvió a marcar en el fútbol argentino y fue una de las figuras en el 3-0 ante el Taladro, por 16avos de final de la Copa Argentina


FORMOSA.- En su camiseta, debajo del mítico número 10, se lee "Carlitos". Pero Carlos Tevez hace rato que dejó de jugar en diminutivo. Su estada en Europa -curtido en West Ham, Manchester United, Manchester City y Juventus- lo catapultó al nivel de estrella. Y antes que seguir ganando millones, optó por escuchar a su corazón, ese músculo que le habla de Boca. Que late por Boca.

Hacia aquí vino Carlitos. Y revolucionó el equipo. El partido en Formosa por la Copa Argentina fue la excusa perfecta para encontrarlo en toda su dimensión. La delegación xeneize se nutrió del cariño de su gente en un entrenamiento multitudinario el martes pasado. Tevez se cansó de firmar autógrafos y camisetas. El plantel de Boca llegó al partido con el ánimo inflado. El Apache siguió con su particular magnetismo: arengó a sus compañeros y los rezongó cada vez que cometieron un error. Es el rasgo distintivo de unos pocos elegidos: mejorar a los que tienen al lado.

"Pensá, usá la cabeza", pareció decirle a Pablo Pérez cuando apenas se habían jugado 11 minutos y el ex volante de Newell´s cometió una dura falta. Boca ya ganaba 1-0, porque a los cinco minutos el propio Pérez aprovechó un rebote que dio Bologna para convertir el primer gol. El remate que propició la conquista había sido, cuándo no, del estelar Tevez.

El ánimo de Boca se movió al compás de su estrella repatriada. El delantero, que también hizo de mediapunta y, a veces, bajó a cubrirle la espalda de Monzón, hizo un fuerte desgaste físico, como para demostrarle a algún detractor que regresó en su mejor forma. Vigente.

Claro que Tevez & compañía se aprovecharon de las ventajas que les dio Banfield. Partido en la mitad de la cancha y con una defensa que jamás supo entender a los delanteros rivales, el Taladro sólo fue rival para Boca en la primera parte. Amenazó en un par de contragolpes, gracias a la peligrosidad de Cuero y a la voluntad de Castillón. Pero chocó contra un sólido Daniel Díaz, que jugó por él y por Tobio, su compañero de zaga (reemplazó al lesionado Rolín).

El partido se desnaturalizó con el segundo gol de Boca, cuando la etapa inicial concluía. Monzón inventó un cambio de frente inverosímil y encontró a Pablo Pérez. El volante se desprendió rápido del balón y habilitó a Calleri, quien ingresaba por el medio del área, y resolvió con justeza, junto al palo de Bologna. Un golazo para certificar la clasificación a los octavos de final de la Copa Argentina, etapa en la que los xeneizes se cruzarán con Guaraní Antonio Franco, de Misiones.

Pero la gente de Boca tendría un bonus track. Bastó que Vittor cometiera una falta en la puerta del área para que Tevez tomara la pelota y se hiciera cargo de la jugada. Sus compañeros le hicieron el hueco en la barrera. El Apache apuntó al palo del arquero y hacia allí voló el balón. Después de 3876 días, Tevez festejó un gol con la camiseta de Boca: su última conquista había sido el 17 de diciembre de 2004, en la final de la Copa Sudamericana frente a Bolívar, de Bolivia. Esa vez, el Boca de Jorge Benítez se impuso por 2-0 en la Bombonera.

Hubo tiempo para que Tevez saliera (lo reemplazó Bentancur) y desde los cuatro puntos cardinales bajaran aplausos y ovaciones. El resultado estaba sellado. Boca se regodeó, hizo tres goles y disfrutó de un gran Tevez. Boca disfrutó en Formosa y Formosa disfrutó de Tevez
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