Tránsito caótico en Posadas: las soluciones la tienen todos y nadie resuelve nada

Caos es una palabra fuerte que se refiere a la confusión o al desorden, y cada vez que nos referimos al tránsito de Posadas anexamos esta expresión con la idea de describir el escenario de sus calles. Lejos quedó aquella inocente ciudad-pueblo que nos dejaba perplejo por la tranquilidad con la que podíamos circular a gamba, en nuestros choches o en los bondis de la capital de nuestra provincia. Bocinas, humo, choques, roces, gritos, imprudencia, cortes, etc, condicionan hoy el humor cotidiano de los llegan tarde a su trabajo, de los que se amargan en pleno paseo porque no encuentran lugar para estacionar y de los que alguna vez creyeron que acá se iban a encontrar con la calma propia de una ciudad serena que ¿crece y vive en paz?. Misiones Opina pateó la calle para dialogar con los encargados de los estacionamientos, se metió en las cocheras de las oficinas municipales con el fin de indagar sobre esta problemática y se estacionó en los análisis de especialistas para entender esta situación que enloquece.

La temática la abordan todos y la solución la conoce desde un taxista, pasando por un chofer de colectivos como el ingeniero o abogado especialista. Las discusiones se dan en todos los ámbitos y nunca se agota, ahora la pregunta exigida es: ¿Por qué no se debate en los recintos apropiados, qué se esconde detrás de todo este marco caótico? La respuesta es difícil de encontrarla, pero podemos aproximarnos si arrancamos por el recorrido del transporte público de pasajeros.

“La problemática se agrava desde que soy concejal. Más allá de las buenas intenciones que puede haber por parte del municipio o de los concejales, la realidad nos supera y el intendente no le está encontrando la vuelta para contrarrestar esta situación” con el sincericidio correspondiente, el concejal Gabriel Nielsen manifestó la preocupación sobre este tema, y siguiendo con la misma base argumental, su colega, el edil Christian Humada expresó: “Llegado el momento tenemos que ir sacando las oficinas públicas del centro, esto va a permitir que después de las 7 de la mañana ya no haya más de 4 mil autos, esto genera una gran congestión y dificulta mucho, más si le sumamos que no tenemos la sana costumbre de caminar siete u ocho cuadras”. Hasta acá todos de acuerdo, y siempre lo han estado, sin embargo hay un motivo que no se aborda: el transporte público.

Por lo bajo, funcionarios manifiestan que es necesario sacar a los colectivos del centro hasta que las oficinas de la administración pública sigan allí, no obstante, ese reclamo se trunca en el primer escritorio municipal donde se propone avanzar sobre una idea de cambio en el recorrido de los transportes del Grupo Z. “Somos rehenes de la empresa Zbikoski, hace años que prometen mejorar el servicio y todo sigue igual o peor. Antes tardaba 15 minutos de mi casa al centro y hoy se duplicó esa demora” comentó indignado Joaquín, vecino del barrio Villa Cabello mientras esperaba el colectivo. “Nuestro esquema de transporte es similar al que se utiliza en Curitiba, donde le dan más importancia al mejoramiento del transporte que acerque a la mayor cantidad de personas a más lugares por una cuestión de sustentabilidad, imagínate que en una sola unidad se llevan a 70 personas en horarios picos, prefiero darle prioridad a esa política pública ante que a los autos y las motos” confesó el Director de Tránsito Municipal, Mauricio Castillo y agregó : “contamos con la misma estructura, osea las mismas cuadras que teníamos hace 50 años y en los últimos 15 años creció en un 350% el parque automotor, además se suma que hay cada vez más comercios en la zona de microcentro”.

Son conscientes del tiempo con el que cuentan para dar una solución para que la circulación vehicular sea menos anárquica y el resultado no es inmediato. No obstante, en las campañas electorales nos vamos a topar con soluciones teóricas de todo tipo. De hecho, se han escuchado promesas como la de ampliar el estacionamiento en la calle dejando a las motos en las veredas, como la de hacer estacionamientos en las plazoletas de las cuatro avenidas. Lo cierto es que son múltiples los proyectos presentados en el orden municipal y nada ha cambiado. “Hemos tomado muchísimas medidas, como ampliar e intensificar los controles, por ejemplo. Lo hacemos con la herramienta legislativa o con pedidos informales. Generamos varios proyectos para ayudar al ejecutivo provincial” confesó el concejal Julio Vivero sobre esta situación aunque destaca que es difícil si el cambio no se da en los ciudadanos.

Para Juan Manuel Holz, abogado abocado al estudio del tránsito, en la ciudad hay muchos inconvenientes que impiden el correcto y fluido desplazamiento tanto de vehículos como de peatones y considera que hay un déficit importante en el tratamiento de la materia “la solución a todos estos inconvenientes es estudiando y resolviendo con inteligencia las necesidades y las realidades de cada calle y cada cuadra, sobre todo haciendo efectiva las políticas públicas que ya existen y las que se deben reglamentar aún. Esto implica mucho análisis y trabajo de obras viales metro a metro. No se puede tomar una decisión a priori sin saber lo que pasa en cada arteria”. Otro de los inconvenientes que marcó Holz tiene que ver con la falta de señalización vial clara, coherente y efectiva tanto para los conductores y peatones; falta de obras en todos los accesos a la ciudad, la total pérdida de respeto de los conductores tanto de las normas viales como a la autoridad de control.

Los estacionamientos dentro de las cuatro avenidas están colmados; con o sin media sombra, con techo, sin techo, de ripio, tierra, con capacidades desde 20 hasta 70 autos con tarifas que rondan los 30 pesos la hora. Un negoción. “Entre las 8 y las 12, por lo general, tengo todo ocupado. A la tarde merma un poco, pero trabajamos bien durante todo el día, además tenemos clientes que pagan por mes” confesó el encargado de uno de los estacionamientos más concurridos y antiguos del centro. “Nos perjudica un poco que en la calle se cobre tan baratas las tarjetas, porque los autos dan vueltas por todo el centro antes que entrar a preguntar por los precios” agregó.

Según el censo de 2010, la ciudad de Posadas cuenta con una tasa de crecimiento promedio anual de 2.5% (2009 – 2010). Junto con los municipios de Garupá y Candelaria, conforman la conurbación Gran Posadas. Según la municipalidad de Posadas, el 82.53% de la población de Gran Posadas vive en la capital provincial y el resultado demográfico demuestra que hay aproximadamente un registro de 300 treinta mil habitantes. De este dato se desprende la cantidad de vehículos que están patentados en el departamento capital que llegan a ser casi doscientos mil que se encuentran distribuidos en los 49 barrios. Ahora bien, con estos datos, hay que resaltar lo que se deduce a simple vista: el embudo que desemboca en el centro de urbano que tiene 182 manzanas generando el anarco-tránsito con el que convivimos cotidianamente.

“Los peatones cruzan por el medio de la calle”, “las motos se meten en frente y tenés que andar frenando”,” los colectivos hacen lo que quieren, paran en cualquier lado, no respetan nada, ni siquiera los horarios” son las expresiones de quienes conducen, o no, algún vehículo. Es todos contra todos, está claro. Baches que complejizan las maniobras, autos estacionados en doble fila, motos que aparecen hasta por debajo del asfalto, ciclistas que protestan y piden bicisendas, caminantes que no pueden cruzar por las esquinas, coches que bloquean las rampas de discapacitados, sendas peatonales invisibles; las normativas no hacen mella. Sustancialmente se ha descongestionado el ingreso a la ciudad, es cierto, sin embargo el centro de Posadas sigue siendo el gran problema a resolver, pero tranquilos las soluciones la tienen todos.

Fuente:Misionesopina

Por Guido Encina (@guidoencina)
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