Robó a mano armada en Misiones y ahora es presidente del Colegio de Abogados en Chubut

El presidente del Colegio de Abogados de Trelew, Oscar Romero, admitió que fue ladrón de bancos en el norte del país, por lo que recibió una condena a seis años de prisión en Formosa y, aunque estuvo prófugo varios años, aseguró que “pagó” por lo hecho y no tiene que “rendir cuentas a nadie”.

Romero admitió que formó parte de una banda que robaba a mano armada bancos, financieras y casas de usura en Chaco, Corrientes, Misiones y Formosa y en ocasiones en Paraguay.

“En muchos de ellos jamás fuimos descubiertos”, aseguró el abogado, tras lo cual destacó: “Jamás le robamos a un trabajador”.

El titular del Colegio de Abogados de Trelew reconoció, en declaraciones al diario Jornada, que en una ocasión también actuó como chofer de una banda de asaltantes y fue preso, por lo que terminó en la cárcel un año y cuatro meses.

«Me tocó perder justo en un hecho que yo no había realizado, sino que fui a acompañarlos», refirió Romero sobre el episodio que lo llevó a la cárcel en septiembre de 1997, cuando estuvo encerrado más de un año.
Por esa causa recibió una condena en 1998 a seis años de prisión como partícipe primario del delito de robo agravado por el uso de arma de fuego.

Pero “cuando me notificaron que habían rechazado mi recurso, me escapé y me vine para el sur. Estuve prófugo varios años hasta que la causa prescribió”, relató.

De esta forma, “demostré que se podía vencer a un sistema perimido y que lo que hice lo pagué y por ello no tengo que rendirle cuentas a nadie, aunque parece que algunas personas creen que sí”, manifestó respecto de los reproches que ha recibido en los últimos tiempos por su actuación delictiva.

En Trelew, Romero arregló radios, televisores y elementos electrónicos para financiar sus estudios en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de la Patagonia, que, a principios del 2000, lo encontró recibido con el mejor promedio hasta hoy jamás superado.
Romero reivindicó sus antecedentes al sostener: “Yo no niego mi pasado. Es más, esa experiencia me sirvió para sostener mis convicciones intactas, porque yo las viví. A mí no me la contaron ni la leí sólo en los libros. Además de la bibliografía, mi profesión de abogado la conformé con mi cuero“, destacó.

La cárcel es “un espanto”, significa la “aniquilación de la conciencia, no sirve”, opinó.

“No sirve el sistema carcelario. No sirve para nada porque es una escuela del delito, se sale peor y eso desmejora el tejido social. Por eso, soy un convencido de que ese esquema está perimido y así lo expreso en las charlas que hago”, subrayó.

Romero, quien se recibió de abogado en la Universidad de la Patagonia con el mejor promedio, consideró que quienes lo atacan son personas que “creen en una aristocracia judicial y elitista”.

“Pero como no tienen nada que probar me buscan una causa de hace 17 años, la que pagué con creces en mi vida personal. Soy un sobreviviente del sistema”, concluyó.
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