Por Guido Encina ( @guidoencina )
Las redes sociales se han instalado en la cotidianeidad de un gran porcentaje de la población y se ha transformado en uno de los métodos necesarios para establecer y potencializar a dirigentes políticos de todo el mundo. La presencia de internet, como consecuencia de un mundo globalizado, evolucionó la manera de encarar todo tipo de estrategias que traza diametralmente todo el espectro publicitario ya sea de campaña comercial o política. MISIONES OPINA abre el paragua para que no nos agarre desprevenido la tormenta virtual de enérgicos spots que infectan a nuestra rutina con mensajes como con el superlativo optimismo típico de tiempos electorales. redes-sociales-voto
El prestigio y el respeto se ponen en juego cada vez que cualquier dirigente político hace el uso de una red social porque quienes cuentan con esta herramienta en sus manos necesitan destacarse, y lo que hace en este caso el Facebook o el Twitter es todo lo contrario, lo iguala. Entonces, en principio no puede arriesgarse a alegar desconocer maneras elementales de cómo utilizar en Internet y las funciones que tiene por el simple motivo de riesgo a perder oportunidades de todo tipo. Un ejemplo claro de ello se conoció en Madrid hace unas semanas donde un concejal tuvo que renunciar a su banca ni bien asumió por haber publicado un tuit, hace cuatro años, con una connotación anti-semita.
Los espectadores se han empoderados. Lo saben y están al acecho. A cada error que cometa algún dirigente político, ya sea gramatical, ortográfico o que simplemente la pifie con algún dato estadístico va a permanecer en circulación cuanto las redes quieran, porque en este caso los millones de usuarios mandan; no se da en el caso de los medios tradicionales por ejemplo donde escuchamos, vemos o leemos lo que proponen estas empresas, y depende de ella la instalación o permanencia de algún tema que pretenda la línea editorial. Es tan así, que partidos, dirigentes de alto o bajo rango a nivel mundial, han sumado a un miembro más en su staff, estamos hablando de un community manager o de un web master para que se ocupen de estos temas.
El gasto es enorme pero esencial. En la jerga se utiliza el “no existís” si no tenés Facebook o no sabés usar Twitter y con esa lógica se desembolsa grandes sumas de dinero. Por ejemplo, “Change We Can Believe In” slogan de campaña en el 2008 de Barack Obama llegó a un sector de la población que jamás había escuchado un mensaje político, su estrategia fue diseñar una plataforma digital que incluía a medios sociales, como Facebook y Myspace de una manera nunca vista en una campaña electoral, sin lugar a dudas la más exitosa de todos los tiempos, que tuvo un óptimo resultado por lo innovador del método utilizado: política de proximidad con un alcance a más 30 millones de personas diariamente. Para ello, y si sumamos la campaña tradicional en la calle, el presidente de los estados unidos gastó 750 millones de dólares.
Un web master para realizar una operación mediante las redes sociales cobra alrededor de 20 mil pesos por campaña. Sus funciones son las de posicionar a dirigentes en los sitios de mayor permanencia en la web ya sea a través de Twitter, Facebook y You Tube. La idea es conseguir mayor alcance y para ello se necesita realizar una inversión aparte que depende de la magnitud que el usuario pretenda, es decir, si invertís más dinero mayor puede ser el alcance logrado. Ahora, esto no garantiza el éxito del posicionamiento, los usuarios son tentados por el público que necesita respuestas y suelen caer en errores innecesarios que pueden perjudicar una candidatura, por ejemplo contradecirse, fotos que no corresponden, errores ortográficos y otros deslices que no suman en absoluto.
A nivel país uno de los que más rápido entendió este mecanismo fue Mauricio Macri que supo publicitar sus actos de gobierno por las redes sin caer en la tentación de entrar en chicanas ni contestaciones, para eso siempre mantuvo movilizados a sus terceras líneas cumpliendo ese rol. Del jefe de gobierno porteño aprendieron varios, otros no tanto como la presidenta que suele responder a los títulos de los diarios por este escenario virtual; si bien esto puede verse como algo auspicioso, porque es una manera de protegerse o marcar agenda, se corre un riesgo ponderable a nivel comunicacional. Cristina Fernández de Kirchner es fanática de twitter y cada intervención suya, que pueden llegar a ser de más de 30 tuits, llega en tiempo real a la los medios tradicionales que replican textualmente todo lo expresado, lo que manifiesta el alcance que tiene la herramienta no solo para sus casi 4 millones de seguidores.
Para el consultor político, Mario Riorda los nuevos líderes serán gobernautas y lo define de la siguiente manera “Gobernauta es el que lee las redes porque también en ellas existe una opinión pública que vale la pena estudiar como demanda o propuestas. No es necesariamente un gran tuiteador sino el que, sin desestimar en absoluto el uso publicitario, entiende más a las redes como un servicio comunicacional.” Además entiende que no es suficiente que muchos alcaldes estén involucrados en los contenidos de sus cuentas, sino que atiendan al empoderamiento de los equipos y su capacidad de interacción con los receptores del mensaje.
Básicamente, lo que se propone para el futuro es un mayor de tacto y sensibilidad del dirigente político sobre los reclamos de una ciudadanía virtualizada.
Politicos-y-redes-sociales
En nuestra provincia, los funcionarios de gobierno responden a mínimas preocupaciones con masivos mensajes propagandísticos viralizados en las miles de cuentas que le dieron el ok (o me gusta) para poder contar un contacto más cercano con quien lo representa. Fotógrafos personales se encargan de captar el momento justo donde quien lo contrata sonríe o sale bien peinado para después subir a su Facebook con un título promocionando su acto de gobierno. En Twitter se deja más en evidencia estos casos porque existen las “tendencias”, el tema del que más se está hablando lo que condiciona la publicación de un determinado dirigente, por ejemplo: ni bien se conoció la muerte de los ocho tareferos a raíz del accidente en Salto Encantado hubiese sido totalmente desapropiado que el gobernador publique en su cuenta un acto propagandístico evitando mencionar una tema de tendencia que lo involucra.
Si entramos al terreno más superficial nos vamos a encontrar con la obsesión por el pulgar levantado. Las palabras alcance e impacto pican en punta, Facundo Sartori, prensa de Alex Ziegler asegura que “con 100 pesos se puede tener un impacto sobre 7000 personas” ese es el promedio con la que el Facebook mantiene a sus administradores pendientes del alcance de cada publicación “Por el mes de mayo pagamos alrededor de 1800 pesos” aseguró quien se encarga de hacer las campaña virtual del candidato a gobernador que tiene poco más de 6500 seguidores en esta red social.
Luis Pastori es uno de los dirigentes políticos que entendió la mecánica del uso de esta herramienta, por un lado utiliza su cuenta personal para opinar y responder inquietudes de manera más o menos enérgica desde un lugar más ciudadano y también tiene su página personal de Facebook donde publica cuestiones relacionadas netamente a su función como dirigente político. Es el hombre vinculado a la política en la provincia que tiene más me gusta, más de 9 mil. Su uso es cotidiano y lo ayuda su prensa pero él también se encarga de movilizar todas sus cuentas.
El candidato a gobernador por el radicalismo, Gustavo González tiene más de 7 mil seguidores en Facebook, casi no utiliza Twitter, pero tiene su canal de youtube donde deja mensajes más extensos y spots publicitarios que los hace circular en sus otras redes sociales. En su cuenta persona del “face” publica muchas fotos suyas con familiares o militantes que no lo alejan para nada de la actividad política. Para mantener activa su cuenta se gastan aproximadamente 3 mil pesos por mes según el asesor de prensa del partido, Fernando Santacruz.
Los concejales por la UCR, Arjol y Pianesi también son habitués de las redes sociales. Las publicaciones de ambos en sus cuentas van direccionadas a las propuestas legislativas que tratan en el concejo, como también tareas militantes. Tienen creadas sus cuentas desde el 2009 y su actividad es dinámica siempre mezclada con un tinte personal que incluye a parientes, novias, amigos etc.
La propuesta ciberespacial que propone el oficialismo funciona de manera más ortodoxa y con una indiscriminación desmesurada. Cuenta con programadores y personal que se encarga estrictamente de utilizar cualquiera sea el sitio virtual para meterse sin pedir permiso en nuestras pantallas. Los recursos que se gastan son inimaginables, pero efectivos a la hora de posicionar un candidato o mensaje de gobierno como método de alcance; la pregunta exigida es si garantiza la efectividad de la propuesta de campaña y la respuesta se va a hacer esperar hasta octubre. Lo cierto es que la sensibilidad que pueda llegar a aportar un dirigente con este tipo de técnica se vuelve netamente tenue y difusa.
Todavía faltan meses para las elecciones pero con seguridad en algún sitio en el que navegamos cotidianamente nos vamos a encontrar con el candidato a gobernador por la renovación, Hugo Passalacqua, como el consorte de lo que pretendamos buscar para dispersarnos o trabajar bajo la plataforma web. Él y todo su batallón de acompañantes se van a levantar y acostar con cada uno de los que pretenda iniciar alguna sesión vía internet ya sea por celular, notebooks o computadoras de escritorio. Ah, malas noticias, no las podemos evadir.
El camino hacia las campañas electorales recién se inicia y las redes sociales van a ser necesariamente un armazón para mantenernos en contacto permanente con lo que ellos hacen y dejan de hacer, nos separan de manera directa dejando en claro que no sos vos el protagonista, sino que son ellos los que tienen el control. Se viene una invasión de contenidos multimediales que serán partes de nuestra cotidianeidad y para eso necesitamos estar preparados. Los esperamos en guardia.
Fuente: MisionesOpina
Las redes sociales se han instalado en la cotidianeidad de un gran porcentaje de la población y se ha transformado en uno de los métodos necesarios para establecer y potencializar a dirigentes políticos de todo el mundo. La presencia de internet, como consecuencia de un mundo globalizado, evolucionó la manera de encarar todo tipo de estrategias que traza diametralmente todo el espectro publicitario ya sea de campaña comercial o política. MISIONES OPINA abre el paragua para que no nos agarre desprevenido la tormenta virtual de enérgicos spots que infectan a nuestra rutina con mensajes como con el superlativo optimismo típico de tiempos electorales. redes-sociales-voto
El prestigio y el respeto se ponen en juego cada vez que cualquier dirigente político hace el uso de una red social porque quienes cuentan con esta herramienta en sus manos necesitan destacarse, y lo que hace en este caso el Facebook o el Twitter es todo lo contrario, lo iguala. Entonces, en principio no puede arriesgarse a alegar desconocer maneras elementales de cómo utilizar en Internet y las funciones que tiene por el simple motivo de riesgo a perder oportunidades de todo tipo. Un ejemplo claro de ello se conoció en Madrid hace unas semanas donde un concejal tuvo que renunciar a su banca ni bien asumió por haber publicado un tuit, hace cuatro años, con una connotación anti-semita.
Los espectadores se han empoderados. Lo saben y están al acecho. A cada error que cometa algún dirigente político, ya sea gramatical, ortográfico o que simplemente la pifie con algún dato estadístico va a permanecer en circulación cuanto las redes quieran, porque en este caso los millones de usuarios mandan; no se da en el caso de los medios tradicionales por ejemplo donde escuchamos, vemos o leemos lo que proponen estas empresas, y depende de ella la instalación o permanencia de algún tema que pretenda la línea editorial. Es tan así, que partidos, dirigentes de alto o bajo rango a nivel mundial, han sumado a un miembro más en su staff, estamos hablando de un community manager o de un web master para que se ocupen de estos temas.
El gasto es enorme pero esencial. En la jerga se utiliza el “no existís” si no tenés Facebook o no sabés usar Twitter y con esa lógica se desembolsa grandes sumas de dinero. Por ejemplo, “Change We Can Believe In” slogan de campaña en el 2008 de Barack Obama llegó a un sector de la población que jamás había escuchado un mensaje político, su estrategia fue diseñar una plataforma digital que incluía a medios sociales, como Facebook y Myspace de una manera nunca vista en una campaña electoral, sin lugar a dudas la más exitosa de todos los tiempos, que tuvo un óptimo resultado por lo innovador del método utilizado: política de proximidad con un alcance a más 30 millones de personas diariamente. Para ello, y si sumamos la campaña tradicional en la calle, el presidente de los estados unidos gastó 750 millones de dólares.
Un web master para realizar una operación mediante las redes sociales cobra alrededor de 20 mil pesos por campaña. Sus funciones son las de posicionar a dirigentes en los sitios de mayor permanencia en la web ya sea a través de Twitter, Facebook y You Tube. La idea es conseguir mayor alcance y para ello se necesita realizar una inversión aparte que depende de la magnitud que el usuario pretenda, es decir, si invertís más dinero mayor puede ser el alcance logrado. Ahora, esto no garantiza el éxito del posicionamiento, los usuarios son tentados por el público que necesita respuestas y suelen caer en errores innecesarios que pueden perjudicar una candidatura, por ejemplo contradecirse, fotos que no corresponden, errores ortográficos y otros deslices que no suman en absoluto.
A nivel país uno de los que más rápido entendió este mecanismo fue Mauricio Macri que supo publicitar sus actos de gobierno por las redes sin caer en la tentación de entrar en chicanas ni contestaciones, para eso siempre mantuvo movilizados a sus terceras líneas cumpliendo ese rol. Del jefe de gobierno porteño aprendieron varios, otros no tanto como la presidenta que suele responder a los títulos de los diarios por este escenario virtual; si bien esto puede verse como algo auspicioso, porque es una manera de protegerse o marcar agenda, se corre un riesgo ponderable a nivel comunicacional. Cristina Fernández de Kirchner es fanática de twitter y cada intervención suya, que pueden llegar a ser de más de 30 tuits, llega en tiempo real a la los medios tradicionales que replican textualmente todo lo expresado, lo que manifiesta el alcance que tiene la herramienta no solo para sus casi 4 millones de seguidores.
Para el consultor político, Mario Riorda los nuevos líderes serán gobernautas y lo define de la siguiente manera “Gobernauta es el que lee las redes porque también en ellas existe una opinión pública que vale la pena estudiar como demanda o propuestas. No es necesariamente un gran tuiteador sino el que, sin desestimar en absoluto el uso publicitario, entiende más a las redes como un servicio comunicacional.” Además entiende que no es suficiente que muchos alcaldes estén involucrados en los contenidos de sus cuentas, sino que atiendan al empoderamiento de los equipos y su capacidad de interacción con los receptores del mensaje.
Básicamente, lo que se propone para el futuro es un mayor de tacto y sensibilidad del dirigente político sobre los reclamos de una ciudadanía virtualizada.
Politicos-y-redes-sociales
En nuestra provincia, los funcionarios de gobierno responden a mínimas preocupaciones con masivos mensajes propagandísticos viralizados en las miles de cuentas que le dieron el ok (o me gusta) para poder contar un contacto más cercano con quien lo representa. Fotógrafos personales se encargan de captar el momento justo donde quien lo contrata sonríe o sale bien peinado para después subir a su Facebook con un título promocionando su acto de gobierno. En Twitter se deja más en evidencia estos casos porque existen las “tendencias”, el tema del que más se está hablando lo que condiciona la publicación de un determinado dirigente, por ejemplo: ni bien se conoció la muerte de los ocho tareferos a raíz del accidente en Salto Encantado hubiese sido totalmente desapropiado que el gobernador publique en su cuenta un acto propagandístico evitando mencionar una tema de tendencia que lo involucra.
Si entramos al terreno más superficial nos vamos a encontrar con la obsesión por el pulgar levantado. Las palabras alcance e impacto pican en punta, Facundo Sartori, prensa de Alex Ziegler asegura que “con 100 pesos se puede tener un impacto sobre 7000 personas” ese es el promedio con la que el Facebook mantiene a sus administradores pendientes del alcance de cada publicación “Por el mes de mayo pagamos alrededor de 1800 pesos” aseguró quien se encarga de hacer las campaña virtual del candidato a gobernador que tiene poco más de 6500 seguidores en esta red social.
Luis Pastori es uno de los dirigentes políticos que entendió la mecánica del uso de esta herramienta, por un lado utiliza su cuenta personal para opinar y responder inquietudes de manera más o menos enérgica desde un lugar más ciudadano y también tiene su página personal de Facebook donde publica cuestiones relacionadas netamente a su función como dirigente político. Es el hombre vinculado a la política en la provincia que tiene más me gusta, más de 9 mil. Su uso es cotidiano y lo ayuda su prensa pero él también se encarga de movilizar todas sus cuentas.
El candidato a gobernador por el radicalismo, Gustavo González tiene más de 7 mil seguidores en Facebook, casi no utiliza Twitter, pero tiene su canal de youtube donde deja mensajes más extensos y spots publicitarios que los hace circular en sus otras redes sociales. En su cuenta persona del “face” publica muchas fotos suyas con familiares o militantes que no lo alejan para nada de la actividad política. Para mantener activa su cuenta se gastan aproximadamente 3 mil pesos por mes según el asesor de prensa del partido, Fernando Santacruz.
Los concejales por la UCR, Arjol y Pianesi también son habitués de las redes sociales. Las publicaciones de ambos en sus cuentas van direccionadas a las propuestas legislativas que tratan en el concejo, como también tareas militantes. Tienen creadas sus cuentas desde el 2009 y su actividad es dinámica siempre mezclada con un tinte personal que incluye a parientes, novias, amigos etc.
La propuesta ciberespacial que propone el oficialismo funciona de manera más ortodoxa y con una indiscriminación desmesurada. Cuenta con programadores y personal que se encarga estrictamente de utilizar cualquiera sea el sitio virtual para meterse sin pedir permiso en nuestras pantallas. Los recursos que se gastan son inimaginables, pero efectivos a la hora de posicionar un candidato o mensaje de gobierno como método de alcance; la pregunta exigida es si garantiza la efectividad de la propuesta de campaña y la respuesta se va a hacer esperar hasta octubre. Lo cierto es que la sensibilidad que pueda llegar a aportar un dirigente con este tipo de técnica se vuelve netamente tenue y difusa.
Todavía faltan meses para las elecciones pero con seguridad en algún sitio en el que navegamos cotidianamente nos vamos a encontrar con el candidato a gobernador por la renovación, Hugo Passalacqua, como el consorte de lo que pretendamos buscar para dispersarnos o trabajar bajo la plataforma web. Él y todo su batallón de acompañantes se van a levantar y acostar con cada uno de los que pretenda iniciar alguna sesión vía internet ya sea por celular, notebooks o computadoras de escritorio. Ah, malas noticias, no las podemos evadir.
El camino hacia las campañas electorales recién se inicia y las redes sociales van a ser necesariamente un armazón para mantenernos en contacto permanente con lo que ellos hacen y dejan de hacer, nos separan de manera directa dejando en claro que no sos vos el protagonista, sino que son ellos los que tienen el control. Se viene una invasión de contenidos multimediales que serán partes de nuestra cotidianeidad y para eso necesitamos estar preparados. Los esperamos en guardia.
Fuente: MisionesOpina