Darío Herrera: "La Conmebol quería esperar que los jugadores se recuperaran para seguir"

El árbitro del Boca-River admite que, si bien se quería cuidar la salud de los jugadores millonarios, el objetivo era continuar el partido

En una semana cambió su vida. De ser uno de los árbitros con mayor proyección futura a estar en boca de todos por quedar en medio de un escándalo. Una historia al revés, como sus comienzos en el arbitraje. La mayoría se acerca a esta profesión por curiosidad o por seguir ligados con el fútbol. Él, no: lo hizo por necesidad. "Llegué por situaciones de la vida que ni yo a veces entiendo. En mi familia nunca faltó nada, pero tampoco sobró. Estudiaba Educación Física en Lincoln y quería unos pesos extra. Un amigo (Ariel Aravena) me sugirió que dirigiera en las ligas de inferiores de la ciudad y así empecé". El que habla es Darío Herrera, oriundo de Andacoyo, pequeño pueblo del norte neuquino. El jueves vivió el pico de su carrera arbitral con sólo 30 años ("Soy pelado, por eso parezco de más", acota y ríe), cuando dirigió su primer superclásico . El del escándalo. "Estuve tranquilo siempre. Yo disfruto de todo en el arbitraje, hasta de partidos así", cuenta este hombre que repite una y otra vez que todo se basa en el apoyo familiar, y entonces nombra a su mujer Leticia Olivera ("Vale oro", dice), y sus dos hijos, Manuel (9 años) y Zaira (4).

Hablás de disfrutar, pero ¿cómo hacés para creer en eso después de lo que pasó el jueves?

-Me quedo con lo del primer tiempo. Con lo que pasó después nadie puede estar contento. Nadie.

-¿Y hoy cómo estás?

-Muy tranquilo. Pude disfrutar un domingo familiar porque lamentablemente se murió un jugador. Y tengo el apoyo de mi familia y la gente de mi entorno, que siempre están en las buenas y en las malas.

-¿Qué pensabas en el momento del escándalo?

-Para toda la gente que estaba en el campo lo que más importaba era la integridad física de los jugadores. Que se recuperaran los afectados.

-¿Todos querían eso?

-Con la gente con que hablé fue así. Nadie vino y me dijo "Dale Darío, vamos a jugarlo". Y al revés: en ningún momento D'Onofrio o alguien de River me pidió que se terminara el partido. No tuve presión de ningún lado. Todos esperamos a que se recuperaran los muchachos. Ese mensaje brindaban todos los jugadores y técnicos de los dos equipos.

-Mucha gente opinó que fue un acierto esperar ese tiempo antes de suspender. Otros critican la tardanza...

-Se esperó el tiempo prudencial. Cuando no había más instancias para continuar, entonces se tomó la decisión. Se buscó un tiempo para ver si se recuperaban los afectados.

-¿Pero no esperaron para prevenir por temor a problemas mayores con la gente? Cuando se suspendió el partido quedaban pocos hinchas en la cancha.

-En ese momento no importaban esas cosas. Importaba que los jugadores se recuperaran. Sería muy loco pensar en la gente de afuera. Mi misión era otra.

-¿Vos podías tomar la decisión de suspender?

-No, solamente la Conmebol puede suspender un partido. Ellos toman la decisión.
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