Tras denunciar amenazas del grupo ISIS, la presidenta Cristina Fernández acusó a Estados Unidos de intentar desestabilizar su gobierno con “extraños movimientos” del dólar. También criticó las recomendaciones a los ciudadanos norteamericanos: “Nos pintaron como si fuéramos el Far West”, dijo.
Apenas un día después de que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, declarara a la Argentina “en desacato” -por no cumplir con su fallo en el conflicto con los fondos buitre- la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner no sólo lo criticó duramente (“juez senil”, lo llamó), sino que también profundizó el enfrentamiento de las últimas semanas con Estados Unidos. Y sobre el final de su discurso en la Casa Rosada, denunció a “sectores concentrados, en un movimiento de pinzas del ambiente financiero y del exportador, que quieren golpear al Gobierno. Y con ayuda extranjera”.
“Saben que soy la barrera que impide que vuelvan a endeudar al país y perjudicar a sus trabajadores. Quieren una devaluación para licuarles los salarios que han obtenido en las convenciones colectivas”, agregó.
Gobernadores como Daniel Scioli y Sergio Urribarri (ambos precandidatos presidenciales), integrantes del Gabinete, referentes de La Cámpora (Larroque, Recalde, De Pedro) y funcionarios kirchneristas (Sabattella y Forster, entre ellos), además del piquetero Luis D’Elía en primera fila siguieron y aplaudieron el discurso de la Presidenta.
Primero informó que “en ejercicio de nuestra soberanía, hemos depositado pago por el vencimiento de deuda en Nación Fideicomiso” (Argentina ayer depositaba allí 161 millones de dólares). Pero -al igual que lo hará el 31 de diciembre con el Bono Discount por otros 100 millones- se hace en el marco de la flamante Ley de Pago Soberano que sancionó el Congreso, y que no ha sido admitida por el juez Griesa y los fondos buitre que litigan contra Argentina.
Enseguida Cristina arremetió contra -quien llamó- el “juez municipal Griesa”. Acusó: “Nunca se llegó tan lejos en el disparate”. Y consideró que “no es casual que nos consideren en desacato justo el día anterior a nuestro pago”. En todos los pasajes de su discurso, Cristina ratificó su posición en la pelea con Griesa y los fondos buitre, señalando que “nuestra voluntad es pagar y no nos dejan”. Pero, agregó: “No me sorprendió la declaración de desacato. No me sorprenderá si nos sancionan. Y no me sorprenderá si voy a Nueva York y quieren meterme presa. Igual iré”.
REPLICAS
Después reaccionó frente a las advertencias que hizo EE.UU. (ayer) a sus ciudadanos que se encuentran en nuestro país: “Nos pintaron como si fuéramos el Far West. Es una provocación. Y no voy a caer en eso”.
Pero consideró que -tanto las declaraciones desde EE.UU. como “los extraños movimientos especulativos” de banqueros y agroexportadores en nuestro país “es para provocar un cataclismo financiero en nuestro país”.
“Todo esto está articulado para hacerme enojar. Pero no me puedo enojar. Mi meta es que nos respeten como país soberano”, replicó.
Volvió a cuestionar a las automotrices “que encanutan los autos”. Hace pocos días, la Presidenta había denunciado una presunta amenaza hacia su persona de parte de los terroristas islámicos de ISIS. Pero ayer cambió el foco de sus denuncias: “Si me pasa algo, que nadie mire a Oriente. Miren hacia el Norte. Después de escuchar y ver todo lo que acabo de denunciar, en vez de inventar historias o que ISIS me está buscando, yo no me voy a creer esa novela”.
Apenas un día después de que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, declarara a la Argentina “en desacato” -por no cumplir con su fallo en el conflicto con los fondos buitre- la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner no sólo lo criticó duramente (“juez senil”, lo llamó), sino que también profundizó el enfrentamiento de las últimas semanas con Estados Unidos. Y sobre el final de su discurso en la Casa Rosada, denunció a “sectores concentrados, en un movimiento de pinzas del ambiente financiero y del exportador, que quieren golpear al Gobierno. Y con ayuda extranjera”.
“Saben que soy la barrera que impide que vuelvan a endeudar al país y perjudicar a sus trabajadores. Quieren una devaluación para licuarles los salarios que han obtenido en las convenciones colectivas”, agregó.
Gobernadores como Daniel Scioli y Sergio Urribarri (ambos precandidatos presidenciales), integrantes del Gabinete, referentes de La Cámpora (Larroque, Recalde, De Pedro) y funcionarios kirchneristas (Sabattella y Forster, entre ellos), además del piquetero Luis D’Elía en primera fila siguieron y aplaudieron el discurso de la Presidenta.
Primero informó que “en ejercicio de nuestra soberanía, hemos depositado pago por el vencimiento de deuda en Nación Fideicomiso” (Argentina ayer depositaba allí 161 millones de dólares). Pero -al igual que lo hará el 31 de diciembre con el Bono Discount por otros 100 millones- se hace en el marco de la flamante Ley de Pago Soberano que sancionó el Congreso, y que no ha sido admitida por el juez Griesa y los fondos buitre que litigan contra Argentina.
Enseguida Cristina arremetió contra -quien llamó- el “juez municipal Griesa”. Acusó: “Nunca se llegó tan lejos en el disparate”. Y consideró que “no es casual que nos consideren en desacato justo el día anterior a nuestro pago”. En todos los pasajes de su discurso, Cristina ratificó su posición en la pelea con Griesa y los fondos buitre, señalando que “nuestra voluntad es pagar y no nos dejan”. Pero, agregó: “No me sorprendió la declaración de desacato. No me sorprenderá si nos sancionan. Y no me sorprenderá si voy a Nueva York y quieren meterme presa. Igual iré”.
REPLICAS
Después reaccionó frente a las advertencias que hizo EE.UU. (ayer) a sus ciudadanos que se encuentran en nuestro país: “Nos pintaron como si fuéramos el Far West. Es una provocación. Y no voy a caer en eso”.
Pero consideró que -tanto las declaraciones desde EE.UU. como “los extraños movimientos especulativos” de banqueros y agroexportadores en nuestro país “es para provocar un cataclismo financiero en nuestro país”.
“Todo esto está articulado para hacerme enojar. Pero no me puedo enojar. Mi meta es que nos respeten como país soberano”, replicó.
Volvió a cuestionar a las automotrices “que encanutan los autos”. Hace pocos días, la Presidenta había denunciado una presunta amenaza hacia su persona de parte de los terroristas islámicos de ISIS. Pero ayer cambió el foco de sus denuncias: “Si me pasa algo, que nadie mire a Oriente. Miren hacia el Norte. Después de escuchar y ver todo lo que acabo de denunciar, en vez de inventar historias o que ISIS me está buscando, yo no me voy a creer esa novela”.
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