Mujeres misioneras: militante desde "la placita"

Elizabeth Enriquez, más conocida como Lichi, hace 21 años ocupa el puesto 61: “No conozco otro trabajo que no sea este. Me quedé para siempre y vivo de esto”.
Nació en Posadas hace 47 años. Su familia estaba compuesta por siete hermanos. Fueron su padre y sus hermanos mayores quienes empezaron a trabajar en el Mercado Modelo y al mismo tiempo, eran sindicalistas y militantes sociales. Con la venida de la dictadura cívico militar, fueron perseguidos. En 1978, dos de sus hermanos, Paulo y José Enriquez, desaparecieron en Buenos Aires. Años más tarde, su padre pudo rescatar los cuerpos.

En ese momento, Lichi tenía 13 años. “Es una historia que nos pega fuerte. Siempre nos preguntamos por qué pasaban esas cosas. Yo empecé a estudiar Abogacía pensando que podía resolver algo”. Estudió cuatro años en Corrientes, pero por cuestiones familiares, decidió abandonar. Hoy está casada hace 21 años con Juan y aún amplía sus ansias de militancia.

Lichi sintió el interés por el compromiso social. “Al principio todo era el trabajo. Pero mi vida fue cambiando. Una se va dando cuenta que algo no está bien, que algo funciona mal en la sociedad. Hay muchas injusticias, y la repartición está mal. Algunos tienen demasiado y otros tenemos poco”.

La búsqueda se inició hace tres años atrás. “Me vino como toda la historia de mi familia encima... Y ahí me descubro como mujer porque quién está más golpeada en todo esto: la mujer. Porque es la que lleva la casa adelante, al hombre, a los hijos y a la sociedad. Y también es la que más sufre en todo. Entonces yo dije: tengo que hacer algo”.

Así fue que se sumó a la comisión organizadora del Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) en 2012. Durante la apertura fue una de las animadoras frente a 20 mil mujeres en el Anfiteatro Manuel Ramírez. “Recuerdo la marcha del último día, viendo a todas esas mujeres con miles de problemas pero tratando de solucionarlos. Discutiendo y debatiendo sobre política, cultura, educación; por eso, el encuentro es único en el mundo”.

Con el entusiasmo a flor de piel, las mujeres conformaron el movimiento Cecilia Rodríguez, en homenaje a una de las compañeras fallecidas el año pasado. También, dentro de La Placita, se constituyó un bloque de mujeres.

El movimiento llegó a los barrios mediante talleres destinados a las mujeres y realizaron capacitaciones en la universidad. “Nunca me hubiese imaginado que yo me iba a preocupar por la violencia, pero me di cuenta que violencia no es solamente el golpe, también la palabra, ahí es donde duele más, te hace desaparecer como mujer y como persona”.

Desde otra mirada, Lichi analizó: “La sociedad se maneja por el machismo y la mujer siempre está subestimada por su opinión, por su trabajo a pesar de que es la que más labura. Te subestiman en todo y no te valorizan. En estos años, se dieron distintas luchas y se van logrando cosas para que la mujer se posicione en la sociedad y que esté mejor paga en el trabajo y mejor tratada en la casa y en la sociedad”.
(Territoriodigital)
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