El mapa que explica la crítica situación de Ucrania y Crimea

La mitad del país apoya a Occidente y se opone a Yanukovich, mientras el sector este es pro ruso y no acepta el acercamiento a la Unión Europea. Las etnias completan un panorama complejo


 La zona naranja es prooccidental, la azul es prorrusa. Las barras indican la franja donde ganó la oposición en las elecciones de 2010. El resto apoyó a Yanukovich, destituido el 22 de febrero La zona naranja es prooccidental, la azul es prorrusa. Las barras indican la franja donde ganó la oposición en las elecciones de 2010. El resto apoyó a Yanukovich, destituido el 22 de febreroCrédito: nytimes.com
Ucrania ha quedado en medio de la nueva disputa entre Occidente, con la Unión Europea y Estados Unidos a la cabeza, y Rusia, que tiene una enorme influencia en vastas regiones.

El país está dividido en dos: el oeste pro europeo y el este pro ruso
El país está dividido en dos. El sector oeste, que votó en contra del destituido presidente Viktor Yanukovich en las elecciones de 2010 y que sostiene a los opositores encabezados por Yulia Timoshenko -la multimillonaria empresaria que estuvo encarcelada hasta la caída de Yanucovich- junto al ex campeón mundial de pesos pesados Vitali Klitschko.

Pero en el sur y en el este, con mayoría de rusoparlantes y un bastión de las fuerzas de Yanukovich, no quieren aplicar las reformas pro occidentales de la región rival. En este sector, está la península de Crimea, donde en las últimas horas se ha vivido una escalada de tensión.

¿El principal motivo? Esta es la zona donde la flota de guerra rusa tiene su mayor base, Sebastopol, uno de los puertos clave del mar Negro.


En el oeste, la mayoría apoya una mayor cercanía con la Unión Europea


Crimea: una historia marcada por los conflictos

Desde principios del siglo XX, la península de Crimea es objeto de disputa entre Rusia y Ucrania. Empezó a formar parte de lo que entonces era el Imperio Ruso en 1783, luego de que las tropas del zar derrotaran a los tártaros, pertenecientes al Imperio Otomano, los anteriores ocupantes.

Hace siglos que la península es objeto de disputa
  Tras la revolución rusa de 1917, Ucrania se convirtió en una de las Repúblicas Socialistas que conformaron la Unión Soviética (URSS). Crimea pasó a ser una República Autónoma dentro de la unión de países.

Pero en 1954, Nikita Kruschev -por impulso del fallecido Stalin- concretó la expulsión de los tártaros de Crimea por haber colaborado con el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, dejó de tener el estatus de república y pasó a formar parte de Ucrania.

Con la disolución de la URSS en 1991 y la declaración de la independencia de Ucrania, la península volvió a convertirse en un botín de guerra entre el nuevo Estado y Rusia.

En 1992 el Soviet Supremo ruso anuló el tratado por el cual Crimea se incorporaba a Ucrania y la volvió a declarar República Autónoma. De todos modos, Ucrania logró mantenerla dentro de su territorio, aunque como una región con considerable autonomía. Desde entonces empezaron a sucederse los intentos secesionistas, pero todos fueron derrotados por el gobierno central.

Las minorías ucraniana y tártara "no tienen nada que temer", dice el premier
Si el conflicto por Crimea entre Rusia y Ucrania no había estallado hasta este momento, fue porque desde 1991 la mayor parte de los presidentes ucranianos tuvieron una postura pro rusa. Y los que no, como Víktor Yúshchenko, líder de la Revolución Naranja y mandatario entre 2005 y 2010, no habían llegado demasiado lejos en la intención de cortar el cordón umbilical con Moscú.

Pero las masivas movilizaciones que comenzaron en Kiev a fines de 2013 contra la decisión del presidente Yanukovich de rechazar un acuerdo de asociación con la Unión Europea provocaron un inédito despertar europeista en la mitad occidental del país, donde los rusos fueron siempre minoría.

Ahora, con el gobierno pro ruso derrocado, las protestas se mudan al este y recrudecen las diferencias entre quienes se sienten ucranianos y quienes se dicen rusos. Pero además hay un tercer grupo étnico, los tártaros, quienes temen una "limpieza racial" -su historia los justifica- y ven con preocupación la escalada separatista.

Aunque el primer ministro de Crimea, Serguéi Axiónov, les aseguró a las minorías que "no tienen nada que temer", los reportes indican que tanto ucranianos como tártaros no salen a la calle por temor a ser atacados por los simpatizantes de Moscú.

Un referéndum antes pautado para mayo pero ahora adelantado para el próximo 30 de marzo buscará determinar por la vía democrática cuál será el estatus que tendrá la región en los próximos años. La pregunta que deberá responder es: "¿Apoya usted la autodeterminación de Crimea en el seno de Ucrania sobre la base de los acuerdos y tratados internacionales?".

Axionov insiste en que la idea no es separarse de Ucrania, pero para proteger sus intereses pidió protección a Moscú, que inmediatamente convocó al Parlamento y aprobó un envío masivo de tropas a la región, desoyendo las advertencias de no invadir lanzadas por Estados Unidos y Kiev.
Fuente:Infobae
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