El dólar cotiza a 20,80 en Posadas

Ese es el valor de la moneda en casas de cambio en la Capital misionera. Ayer el Banco Central volvió a intervenir para frenar la depreciación del peso.

Tras los últimos meses donde el dólar escaló más del 15%, el BCRA en las últimas ruedas ha reanudado – luego de una prolongada ausencia – las intervenciones en la plaza cambiaria en busca de poner paños fríos sobre todo al acelerado ritmo de depreciación del peso.


Se entiende que la principal preocupación no pasaría principalmente por el nivel del tipo de cambio alcanzado, toda vez que se reconocía un atraso cambiario, sino en la acelerada marcha de su reacomodamiento, la cual luce inoportuna cuando se intenta ir domando la inflación.

De ahí que en un comienzo más tímidamente, y en las últimas ruedas ya con mayor decisión el organismo monetario se lanzó de lleno a dejar en claro a los operadores que es su intención que la divisa se tome un descanso luego de la fuerte revalorización de los últimos tiempos.

En dicho sentido, más allá de la estrategia de ¨poner paños fríos¨ a una demanda que venía sostenida, y no encontraba desde la liquidación de divisas comerciales y financieras suficiente oferta, tampoco el objetivo sería reanudar una apreciación del peso, aún cuando en los últimos meses ha ganado competitividad contra sus principales socios comerciales.

Ello se debe a que no sólo la sequía afectará el suministro de dólares desde los exportadores, sino que también los mercados internacionales transitan una etapa de mayor volatilidad e incertidumbre, por el combo ¨Trump + Powell¨ que despiertan un escenario de mayor proteccionismo y mayores tasas en el horizonte, tal como refleja una UST 10 años en 2,90%.

Que las autoridades hayan manifestado el objetivo de financiar el resto del programa financiero a través del mercado local confirma dicho escenario, de ahí que una plaza cambiaria con una fuerte demanda de dólares y una menor oferta debe ser equilibrada con intervenciones del BCRA, que podría aspirar a un ¨techo¨ a nivel mayorista de $ 20,40.

Dicha referencia por supuesto será un objetivo de corto plazo y deberá ir actualizándose con el correr de los meses, a fin de permitir al menos un acompañamiento con la inflación que no reanude la tónica de atraso cambiario, en un momento donde se necesita mantener viva la reactivación económica, más allá de las revisiones bajistas en las proyecciones de crecimiento.

Aún cuando este escenario pueda abrir una ventana táctica de mayor calma para el dólar, que reanude el ¨carry-trade¨ tras sucesivos meses de saldos negativos, los inversores no deberían confiarse y volver a la elevada exposición hacia dicha apuesta como en los últimos años.

Ello se debe a que con una convergencia de las tasas reales hacia el 5%, dicho premio ya no sería tan atractivo en términos relativos como para desactivar las apuestas en dólares de las carteras que también ofrecen dicho retorno con títulos de cortos plazo, bajo el supuesto de que la inflación y las tasas ya no continuarán superando con amplitud al dólar este año.

Adicionalmente, las complejidades del contexto externo sumadas a los desafíos que imponen los inversores sobre la agenda ¨macro¨ a nivel local – en especial el déficit fiscal y de cuenta corriente, además de la inflación – permiten pronosticar un camino sinuoso a corto plazo.

Por lo tanto, los posicionamientos prudentes y selectivos deben seguir vigentes para aquellos inversores que compartan que la más eficiente estrategia es transitar esta etapa con una cartera diversificada que priorice administrar el riesgo crediticio, la duration y la volatilidad.



Con información de Ámbito Financiero

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